Contra la vulgarización de la filosofía
0Los clásicos. ¡Qué horribles mutilaciones soportan bajo la mediocre navaja del escritor de libros de texto! Entiéndase la ironía, pero creo que hay autores que no deberían permitirse explicar, que fueran prohibidos, que solo pudieran ser leídos en sus textos mismos, en sus obras. ¡Qué castraciones desnaturalizantes deben de sufrir Nietzsche, Rousseau, Maquiavelo o Marx para ser “accesible” al profano! ¿Qué significa “hacer accesible” sino limar las asperezas, la rudeza, el amargor? ¿Qué significa sino igualar un pensar de alturas al chapoteo de las ciénagas!
Savater o autores de esa ralea deberían ser los únicos que por ley pudiesen ser impartidos, pudiesen hacerse “accesibles”. ¿Como tergiversar o empequeñecer el croar de las ranas? Pero deberíamos conservar un reverencial respeto por aquellos hombres que alumbraron a la humanidad y construyeron ideas y teorías que nos han permitido progresar como colectivo. Deberíamos guardar las vulgarizaciones para los autores vulgares, pero prohibir que los gusanos escribiesen desde el fondo del fango libros “accesibles” para llegar a las estrellas.