Kuhn: paradigmas científicos e inconmensurabilidad
0El término paradigma fue popularizado por el filósofo T. Kuhn en su obra “La estructura de las revoluciones científicas”. Tal concepto se refería a las preconcepciones, teorías y prácticas que hacían posible la construcción de la ciencia como un ámbito de investigación colectiva. Simplificando, paradigma sería la lengua común o, mejor aún, los presupuestos lingüísticos que hacen posible la construcción y comunicación del conocimiento científico. Un paradigma científico ampara una determinada “ciencia normal” que realiza investigaciones y avances bajo los supuestos paradigmáticos; por ejemplo, la física aristotélico-ptolemaica engendró unas determinadas vías de investigación bajo su particular paradigma. Sin embargo, la normalidad no es la única forma como la ciencia avanza sino que con el paso del tiempo los investigadores encuentran problemas irresolubles bajo el paradigma normal o contradicciones entre la experiencia y las preconcepciones aceptadas como válidas. En ese momento, tras la crisis, surge un nuevo paradigma que viene a sustituir al anterior, es lo que se llama “ciencia revolucionaria”. Ejemplos de cambios revolucionarios en la ciencia podrían ser los que se produjeron en el paso de la física aristotélica a la newtoniana y de esta a la teoría de la relatividad de Einstein.
Kuhn afirmó que los paradigmas eran inconmensurables entre sí; es decir, entre dos paradigmas existen tales diferencias que no es posible una “demostración” efectiva de la verdad de uno frente a otro. Los paradigmas enfrentados son idiomas diferentes que no solo presuponen teorías explicativas distintas sino también métodos de experimentación y de verificación divergentes. Esta divergencia hace imposible discernir de un modo meramente racional y objetivo entre dos paradigmas rivales. El filósofo americano era consciente de las consecuencias relativistas que su teoría planteaba: si los paradigmas científicos son inconmensurables ¿cómo podemos afirmar la verdad de uno con respecto a otro? Los intentos de evitar este relativismo epistemológico y, en último término, ontológico llevaron a Kuhn y otros autores posteriores a afirmar que los paradigmas se imponen, también, por ser más “completos” que los anteriores. En otras palabras, un paradigma triunfaba por muchas razones irracionales, como por ejemplo la muerte de los defensores del paradigma antiguo, pero también porque es capaz de abarcar un campo explicativo mayor y resultar más coherente con el contexto social de la época.