Apología de los espectáculos bestiarios
1 Los bestiarii, bestiarios en español, eran gladiadores que en los circos romanos luchaban contra fieras. Ya que en el mundo ibérico se conserva esa ilustre y antigua tradición, y puesto que observo con sorpresa como los defensores de la tauromaquia caen en la parcialidad de defender solo su específico espectáculo de bestiarii con toros, sin hacer extensiva su apología al resto de espectáculos de lucha hombre-animal, intentaré mostrar como los argumentos de los que defienden el espectáculo-arte de los toros son extensivos al resto de espectáculos de bestiarios.
En primer lugar, se escucha decir que el toro de lidia no existiría si no existiera el espectáculo circense de la tauromaquia. Nada que objetar, cualquiera puede ver que esto es cierto. Siendo así ¿por qué no rescatar los nobles espectáculos de bestiarios y así repoblar España con fincas de leones, tigres, perros molosos, etc. Del mismo modo que el toro de lidia es un animal salvado de la extinción ¿acaso la reintroducción de la fauna citada que antaño poblaba la península no es un beneficio para el ecosistema del país? Fincas en donde el antiguo elefante, hipopótamo o incluso el rinoceronte sean criados en cautividad para servir a los espectáculos bestiarios son perfectamente factibles. De hecho existen reservas zoológicas ya con estos animales. Si la cría y el entrecruzamiento de estos animales se hiciera con el fin de servir a los espectáculos de bestiarios, su cría en cautividad permitiría no solo reintroducirlos en su antiguo hábitat, sino que enrriquecería las especies gracias a la selección de los más feroces para el espectáculo. La cría de cocodrilos, pumas o gorilas, estaría tan controlada como la cría de ganado porcino o vacuno, persiguiéndose unas determinadas características fenotípicas que seleccionarían un determinado genotipo; esta selección, con los años, podría llegar a producir incluso subespecies de los animales participantes en los show de bestiarios.
Por otra parte, los apologistas de la tauromaquia defienden su arte por el enorme monto económico que este espectáculo mueve. Hoy por hoy la cría de animales salvajes como los citados ya mueve una considerable cifra económica en parques, zoológicos, espectáculos circenses; ahora piensese en la enorme cantidad y la importante industria que se crearía si el combate hombre-león, por ejemplo, estuviese tan extendido como la lucha entre hombre y toro. Industrias que proveyesen de carne a los felinos; veterinarios para su cuidado; terrenos hoy baldíos podrían usarse en la cría de las fieras; e, incluso, la atracción turística que podría suponer la visita a estos parques de cría. Si al espectáculo de los toros añadimos otras bestias como leones, cocodrilos, perros de grandes dimensiones, etc. el enriquecimiento de empresarios y de pequeños grupos rurales, hoy económicamente deprimidos, estaría asegurado.
Por último, se suele defender la tauromaquia por la carga simbólica y estética que este arte-espectáculo contiene: la lucha entre el hombre y la naturaleza, lo femenino y lo masculino en danza, el rojo sangre sobre el amarillo albero, el círculo solar del ruedo, etc. Nadie duda de la enorme carga simbólica y la cruda belleza de la tauromaquia, entonces ¿se dudará de las potencialidades de las otras luchas bestiarias? ¿Qué logro estético estará vedado a tal arte? La pantera negra representará las fuerzas de la noche y el gladiador irá vestido de ropajes dorados para representar la lucha de la luz contra la oscuridad. Una recua de enormes perros lucharán contra una pareja de gladiadores, hombre y mujer, para simbolizar la unión de lo masculino y lo femenino contra los instintos de destrucción y como triunfo del orden sobre el caos. Cierro los ojos y puedo vislumbrar armaduras relampagueantes, ropajes abigarrados y música de trompetas y tambores para acompañar la estética de este nuevo antiguo arte.
No quiero extenderme más. Creo que se ha dicho lo suficiente. Los defensores de la tauromaquia deben de dejar de estar a la defensiva; por ello tenemos que luchar para que las lucha de bestiarios, de las cuales la tauromaquia es solo una especialidad, se reincorporen al imaginario colectivo y a la maltrecha y subvencionada industria cultural de nuestro país.
Agradecimiento
Debo agradecerle su comentario en mi blog en relacion con el articulo sobre Marx, en verdad soy un admirador de este autor y me gusta mucho su obra. Por un momento temi que no le gustaran mis comentarios pero ya veo que no fue asi, lo cual me complace, pues aunque no sea un experto en el tema si considero muy importante la construccion del conocimiento entre todos. Bueno, amigo, me despido.