Sobre los acantilados de mármol de Ernst Jünger
0 “Sobre los acantilados de mármol” de Ernst Jünger fue publicada a finales de 1939 en los primeros movimientos de la que sería la mayor conflagración bélica conocida hasta ahora. La breve novela es una de las obras más reconocidas de Jünger, en ella el narrador describe su vida en una ermita de la región de Marina, una ubicación ficticia, con su compañero hermano Othon, su hijo Erio y Lampusa, una extraña anciana abuela de Erio. La Marina casi imperceptiblemente se ve amenazada por una figura sombría y bárbara llamada el Guardabosque Mayor, que simboliza el nihilismo salvaje, el odio a la civilización y el retorno a los impulsos primarios; algunos han visto en este personaje una caricatura de Hitler y la publicación de la obra puso en peligro la vida de su autor en la Alemania nazi.
El narrador vive una existencia apacible en la ermita junto al mar dedicado a la botánica y a la contemplación estética; pretende permanecer ajeno al conflicto pero irremisiblemente se ve atrapado en él. Escrita en víspera de la II Guerra Mundial, es una novela que anticipa lo que supondría para Jünger una contienda deshumanizada frente a la I Guerra Mundial, conflicto idealizado en su obra autobiográfica, auténtica obra maestra, “Tempestades de acero”.
La novela empieza en un entorno bucólico y este interés por la descripción estética de la naturaleza acompaña toda la obra; sin embargo, la amenaza, defensa y destrucción de ese mundo natural domesticado por la civilización que es la Marina será el motivo central de la obra y su desarrollo.
Mucho se ha escrito sobre esta novela de Jünger que consta de innumerables lecturas. Lo único claro es la defensa que hace el autor del orden y de la razón frente a los impulsos destructores que amenazan a la civilización; también es evidente en esta obra la apología del elitismo intelectual frente a la política y la ideología de masas-muchedumbres tan bien ejemplificada en el Guardabosque Mayor y su horda. La individualidad heroica se opone constantemente a la despersonalización de la chusma, y el fracaso amargo de la élite en su lucha contra la turba en el libro, no puede evitar verse como una metáfora del desamparo del individuo en sistemas como el fascismo, el comunismo o la democracia liberal, ideologías de la multitud.
Como dije, múltiples son las interpretaciones de esta obra, pero Jünger parece querer contar en esta fábula el triunfo del populacho frente a la inteligencia que para muchos intelectuales europeos del momento (piénsese en el concepto “hombre masa” de Ortega) se produjo a principio del XX. El Guardabosque Mayor y su tropa representan la ideología de masa en la que el líder ya no habla de grandes ideales sino de destrucción, venganza y bajos instintos; discurso populachero que encumbró a Hitler al poder, que pervirtió el triunfo de la revolución soviética y que es, aún hoy, el discurso imperante de las democracias burguesas. De ahí la importancia y actualidad de esta hermosa novela de un autor tan preclaro y tan injustamente ninguneado por la cultura oficial como Ernst Jünger.
sé feliz
Otras visiones de esta obra:
Sobre los acantilados de mármol en La Biblioteca de Asterión
Sobre los acantilados de mármol en Criteria Club de Lectores