«Es mejor ser temido que amado»
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Esta frase es una de las más famosas de Maquiavelo quien en el capítulo XVII de “El príncipe” dice:
“De aquí surge una controversia: si es mejor ser amado que temido o viceversa. Se contesta que correspondería ser lo uno y lo otro, pero como resulta difícil combinar ambas cosas, es mucho más seguro ser temido que amado.” [traducción de Roberto Raschella para la editorial Losada]
Maquiavelo empieza este capítulo de “El príncipe” diciendo que todo príncipe debe aparentar ser clemente ante sus súbditos sin, necesariamente, serlo; también debe prevenirse contra los usos torcidos de esta clemencia; en ocasiones, la crueldad del príncipe salva el reino mientras que la clemencia puede fomentar sediciones y desprecio hacia el poder. Por eso afirma Maquiavelo que un exceso de clemencia, a veces, acarrea más sufrimiento al pueblo y al príncipe que la crueldad desnuda. Por esta razón, cuando se trate de mantener la unidad y lealtad del reino, el príncipe no debe preocuparse por ser tachado de cruel, ya que haciendo un buen uso de la crueldad hacia los líderes sediciosos o los que los apoyan evitará mayores crueldades como son: la continuidad de luchas intestinas, los desórdenes y la rapiña. Los príncipes nuevos, por la debilidad de su posición, no pueden escapar a la fama de crueles si quieren conservar sus reinos.
Sin embargo, la crueldad no debe carecer de prudencia. Si el príncipe alimenta temores imaginarios o procede con brutalidad su poder se vuelve intolerable y el mismo príncipe fomenta la rebelión con su conducta inhumana.
Aunque lo deseable es que el príncipe sea amado y temido, que estos dos sentimientos vayan unidos no es fácil. Por esta razón el príncipe debe procurar primero ser amado y temido al mismo tiempo, porque el temor no se opone al amor sino al desprecio; pero si esto no es posible debe intentar ser antes temido que amado. Esto es así porque los hombres son volubles: si les beneficias te amarán y cuando no necesites nada te lo ofrecerán todo; cuando no puedas beneficiarles y necesites su apoyo, no te conocerán. Los seres humanos son fieles en la abundancia y egoístas en la necesidad; también son perversos y rompen fácilmente los vínculos de gratitud sin embargo, el miedo al castigo nunca los abandona del todo.
Como ya dije, para Maquiavelo no son lo mismo temor y odio. De hecho, si el príncipe no puede ser amado y temido al mismo tiempo, debe intentar, al menos, ser temido pero no odiado. Se fomenta el odio actuando de manera despótica, ejecutando sin justificación, robando las mujeres ajenas y rapiñando la riqueza de los súbditos. Recordamos que para Maquiavelo el odio es el semillero de rebeliones, por lo que el príncipe para evitarlas debe actuar lo más humanitariamente posible sabiendo, también, mostrar firmeza y crueldad en los momentos precisos y puntuales.
En las operaciones militares, dice Maquiavelo, el príncipe no debe temer la fama de cruel. El miedo a la muerte en la batalla acompaña a la tropa, solo el temor al príncipe puede compensar ese temor y hacerlo fiel.
En definitiva:
“como los hombres aman según su voluntad y temen según la voluntad del príncipe, un príncipe prudente debe apoyarse en lo que es suyo y no en lo que es de otro.” [trad. cit.]
Admiro el pensamiento del florentino como crítica del poder político, expone las miserias de los poderosos con una sinceridad clarividente. Algunos han usado la idea “es mejor ser temido que amado” como clave para las relaciones de poder interpersonales como las de jefe-subordinados o profesor-alumnos. A un nivel político los tiranos se han guiado por la máxima maquiavélica, sin embargo, en las relaciones interpersonales cara-a-cara el temor puede ser fácilmente conjurado por la relación humana directa. El jefe “cruel” no es un príncipe, es cercano a nosotros y conocemos sus faltas; en una empresa, el trabajo en equipo aguijoneado por el miedo no es tan productivo como el trabajo basado en tácticas de cooperación. Es cierto también que en las relaciones cara-a-cara el temor deshumaniza las relaciones, convierte al otro en un extraño, en una competencia e, incluso, en un enemigo; a nivel psicológico, este tipo de relación es frustrante pues los sentimientos de mutuo reconocimiento humano quedan adormecidos cuando no anulados.
En definitiva, aunque la táctica de que es mejor ser temido que amado puede ser productiva a un nivel político, en las relaciones cara-a-cara suele ser estéril. Un padre que trate con el temor a su hijo pierde la posibilidad de relacionarse con su vástago de otra manera que no sea la sumisión. Evidentemente, el temor siempre va a persistir y así debe de ser en casi toda relación interpersonal, pero la centralidad que le otorga Maquiavelo en lo político no tiene porque ser extrapolable a lo ético.
imagen de: http://ipv6.desmotivaciones.es/2094063/Maquiavelo
lastimados
ser lastimado por un ser es como que te matan
lastimados
tienes razon karensssssssss
«el principe» ponen, un apodo que le puso algun estupido inculto
No…el nombre del tratado más famoso, que algún estúpido inculto no ha leído.
De acuerdo, nosotros no somos PRÍNCIPES.
Yo siempre he opinado que siendo un buen «jefe», se consigue con el ejemplo.
Llegar 15 minutos antes, trabajar más que los demás, respetar el trabajo de todos, incluso cuando no siempre es satisfactorio, por eso el jefe tiene un sueldo superior.
Eso no significa ser demasiado complaciente. Si hace falta un diálogo contundente, no hay que evitar lo, siempre con EL DEBIDO RESPETO.
Es bueno ver que tenes las actitudes como para que tus empleados te respeten y esten motivados; cualidades de líder. En mi opinión creo que lo que M trata va más alla de ser jefe, habla a un nivel de poder politico más alto. Se trataba en su época de realeza, monarquía, etc. Una figura pública de la más alta estirpe. Creo que por eso difiere un poco de tu situación.
Sólo una opinión que quería compartir, con respeto. Un saludo!
En síntesis Maquiavelo nos quiere decir que el Príncipe no debe ser odiado ni amado, pero sí temido.
LE DOY TODA LA RAZON A MAQUIAVELO…ADEMAS QUE MUCHOS SIN QUERES RECURREN AL TEMOR…..Y LES FUNCIONA….PERO COMO DICE MAQUIAVELO PASAR AL ODIO SERIA EL FINAL…..
Si los Gobernantes hubieren leído «El Príncipe», el mundo habría dado mejores resultados.El buen gobernante en ocasiones debe ser mitad león para defenderse de los lobos y mitad zorro para no caer en trampas; y así será amado y temido, obvio con buenas acciones a la Sociedad !
Leer y entender, para aplicarlo de la mejor forma, u asi buscar un poco de equilibrio entre la sociedad que se gobierna.
Si te aman estarás rodeado siempre de personas que también te respeten y valoren
Hay mucho para filosofar y aplicar en nuestra cotidianidad con mucha sapiencia.