Viaje al Oeste. Las aventuras del Rey Mono
2Viaje al Oeste es uno de las cuatro novelas clásicas de la literatura china, quizás la más conocida universalmente, narra el viaje del monje Tripitaka y sus discípulos hacia la India en busca de nuevas escrituras budistas. Tripitaka, que en la novela recibe varios nombres como Chen Hsüan-Tsang o San-Tsang, es una recreación literaria del monje budista chino del siglo VII llamado Xuánzàng, quien efectivamente fue hacia la India en busca de escrituras budistas que copió y llevó a su país de origen.
Sin embargo, esta monumental novela elaborada en el siglo XVI no es un relato exclusivamente piadoso sino sobre todo una novela de aventuras en donde el protagonismo del monje es eclipsado por sus discípulos, sobre todo el mono antropomorfo llamado Sun Wukong. De hecho el libro empieza narrando como nació Sun Wukong, el Rey Mono, Sosias del Cielo, quien emergió de una roca que fue alimentada por la fuerza de la Tierra y el Cielo. Los primeros capítulos cuentan el viaje de autodescubrimiento de este personaje que tras recorrer el ancho mundo para conocer los grandes misterios del Tao adquiere poderes mágicos como volar en una nube, metamorfosearse en lo que desea o una fuerza sobrehumana. Llevado a la soberbia por su propio poder desafía a los dioses celestes siendo finalmente capturado y castigado por Buda. Es redimido por el monje Tripitaka que lo convierte al budismo y lo hace su compañero. Este personaje es icónico en la cultura china; se han hecho innumerables versiones de sus aventuras y suele aparecer con su arma característica: un bastón mágico que cambia de tamaño a voluntad. La figura de Sun Wukong representa el arquetipo del individuo rebelde que cuestiona el orden establecido y las normas aceptadas. En un entorno en donde la humildad, la cortesía y la amabilidad son la norma, el Rey Mono es engreído y grosero, dice lo que se le viene a la cabeza sin pasar por filtro alguno. Él es el contrapunto catártico de una sociedad rígidamente organizada, aquel libre que nos gustaría ser pero que la presión social nos impide; de ahí su rol heroico pero también cómico a lo largo del relato, ya que sus bromas y observaciones peregrinas rompen continuamente lo que es esperable de un monje budista en busca de la santidad.
Otro de los discípulos del monje Tang es Zhu Bajie, Wu-Neng o como lo suelen llamar sus compañeros de viaje: el Idiota. Si Sun Wukong tenía forma de mono humanizado, este personaje es una especie de cerdo bípedo que solo piensa en comer y descansar. Fue castigado por propasarse con la diosa de la Luna Chang´e cuando estaba ebrio y es que la lujuria es otro rasgo que caracteriza a este curioso personaje. Es un buen luchador aunque a mucha distancia del Rey Mono, hace de bufón a lo largo de la narración y siempre está dispuesto a abandonar la empresa o entregarse a placeres mundanos. Su arma es una especie de rastrillo mágico. El bonzo Sha también llamado Wu Ching es el tercer discípulo de Tripitaka, su arma es un báculo y su papel es muy secundaria en relación a los otros dos discípulos.
Al principio del viaje, el virtuoso monje libera a sus tres discípulos y al Dragón del Mar del Oeste que se transformará en el caballo sobre el Tripitaka que cabalgará hasta el Oeste. De los cien capítulos de la novela del XIII hasta el final nos cuentan el viaje propiamente hasta la India y el retorno a casa; el camino está repleto de pruebas, personajes en apuros a los que ayudar y demonios que intentarán secuestrar al monje; todos estos contratiempos se resuelven haciendo uso tanto de la fuerza bruta como de la astucia, siendo necesario en ocasiones solicitar la ayuda de diversas deidades. De hecho a veces los monstruos que se encuentran son propiedades o mascotas de las deidades que se han escapados como el carabao de Lao Zi o el sirviente de bodhisattva Maitreya que le roba su saco sin fondo para atrapar a los peregrinos. Y es que además de sus valores literarios, esta novela también nos abre la posibilidad de conocer más de cerca la compleja mitología y religión del País del centro ya que continuamente son citados dioses, demonios, bodhisattvas, sabios venerables o inmortales taoístas. Este es uno de los grandes atractivos de la novela para el público occidental que al leerla se acerca a la cosmovisión religiosa china a través de un mundo que aparece abigarradamente repleto de dioses, demonios, alquimistas y fuerzas misteriosas. La traducción al español de Enrique P. Gatón e Imelda Huang-Wang para la editorial Siruela cuenta con abundantes notas que aclaran el papel y origen mitológico de los personajes, además de explicar las referencias más eruditas a autores, personajes históricos o conceptos filosóficos propios de la cultura china que aparecen en el relato. En cierto modo estas notas son una pequeña y caótica enciclopedia de la sociedad china del siglo XVI que invitan al lector a ir más allá de ellas y profundizar en las referencias.
Viaje al Oeste, como se ha dicho, retrata un mundo repleto de dioses y diosecillos, parece que todos los huecos de la escala del Ser están ocupados y entre el hombre y el Cielo, como principio supremo, existe una gradación infinita. El taoísmo, budismo y la religión tradicional china mezclan sus dioses sin ningún empacho, no quedando clara la jerarquía, al menos explícitamente. Por ejemplo, la que debería ser, teóricamente, deidad suprema El Emperador de Jade es amedrentado por un advenedizo Rey Mono, al fin y al cabo un simio venido a más, al que no puede contener si no es con la ayuda de Buda. Los mismos demonios con los que se encuentran los peregrinos ponen en fuga a algunos dioses o mariscales celestes. También la distancia entre el animal y el hombre está llena de seres intermedios que son mitad hombres, mitad animal (como algunos de los citados protagonistas) o que siendo en origen animales tras alcanzar el Tao devienen en seres con intelecto y poderes extraordinarios. Otra curiosidad que retrata esta obra es como las tres venerables doctrinas: taoísmo, budismo y confucianismo, tan pronto se distinguen como se coaligan sin que entren en conflicto abierto ni intolerancia recíproca. Constatar esa tolerancia religiosa e ideológica resulta esperanzador para la posibilidad de una comprensión mutua; y llama la atención si tenemos en cuenta la intolerancia y persecuciones ideológicas que campaban a sus anchas en la Europa contemporánea a esta novela. Quizás los monoteísmos mediterráneos con su jerarquía cerrada y rígida sean más proclives al pensamiento único que sociedades como la china que han convivido secularmente con múltiples credos y filosofías.
Otro elemento llamativo y constante en la literatura y filosofía china que encontramos también en esta novela es el alto valor estético que se le otorga a la Naturaleza. Sus elementos no son solo herramientas conceptuales con las que se elaboran metáforas o comparaciones aleccionadoras, sino que la descripción del paisaje, las flores, la belleza de los animales y el cambio de las estaciones ocupan un amplio espacio en la narración. Creo que en Occidente también hemos tenido, tenemos y vamos profundizando en esa sensibilidad pero ese culto a la belleza de la Naturaleza no está tan extendido ni es históricamente tan constante como en la cultura china.
A pesar de sus incuestionables valores literarios, Viaje al Oeste quizás no sea una novela para todos los públicos o que pueda leerse de un tirón sin más. Su extensión, su recurso a tropos repetitivos y la distancia cultural que nos separa de ella probablemente echen para atrás a algunos; personalmente recomiendo leerla tranquilamente, ir de una a otra aventura, bajar a los infiernos a rescatar a difuntos y subir a los Cielos para entrevistarse con los dioses, asimismo dejarse atrapar por los paisajes y las ciudades fantásticas que evoca; pero también deberemos dejar reposar su lectura cuando nos cansemos de tan largo peregrinaje y volver a ella cuando repongamos fuerzas.
El segundo, que aparece en el capitulo 19, es Zhu Bajie, literalmente «ocho preceptos del cerdo». A veces, su nombre es traducido como simplemente «Cerdo» o «el Idiota». Anteriormente fue el Mariscal del pabellon celeste, un comandante de las fuerzas navales del cielo, y fue desterrado al reino de los mortales por querer compartir experiencias con la diosa de la luna Chang E. Un combatiente fiable, se caracteriza por su apetito insaciable en cuanto a la alimentacion y el sexo, y esta constantemente buscando una manera de salir de sus funciones, lo que provoca un conflicto significativo con Sun Wukong.
Este breve resumen de la historia del monje es muy consiso y explica muy bien el relato. Es muy curioso como los disipulos son representados como animales los cuales tienen actitudes y comportamientos concorde al animal al que se asemejan. Segun lo dicho por el autor el libro es muy completo porque a pesar de que se centra mucho en la cultura y religion china explica todos los terminos y deidades con los que el resto mundo no estan familiarizados que aunque no sea facil de entender para muchos lectores ya que no se expresa una jerarquia como tal, las personas encargadas de traducir el libro supieron adaptarlo bien por lo que dice el autor del articulo. La convinacion de religiones no me queda muy clara ya que no comprendi muy bien este tema (muy probablemente porque no e escuchado de los credos como el taoismo y confucianismo ).