Summerhill: el niño feliz
1 “Desde que dejé la educación y me dediqué a la psicología infantil, tuve que tratar con toda clases de niños: incendiarios, ladrones, embustero, niños que se orinan en la cama, niños de mal carácter. Años de intenso trabajo en la enseñanza de niños me han convencido de que sé muy poco relativamente de las fuerzas que motivan la vida. Pero estoy convencido de que los padres que sólo han tenido que tratar con sus propios hijos saben mucho menos que yo.
`Precisamente porque creo que un niño difícil es casi siempre difícil por el tratamiento equivocado que se le dio en el hogar me atrevo a dirigirme a los padres.
`¿Qué es el campo de la psicología? Sugiero la palabra curación. ¿Pero qué clase de curación? No quiero que se me cure de mi costumbre de preferir los colores naranja y negro; ni quiero que se me cure de la costumbre de fumar, ni de mi gusto por una botella de cerveza. Ningún maestro tiene derecho a curar a un niño de hacer ruido con un tambor. La única cura que debe practicarse es la de curar la infelicidad.
`El niño difícil es el niño infeliz. Está en guerra consigo mismo y, en consecuencia, está en guerra con el mundo.
`En iguales circunstancias se encuentra el adulto difícil. Ningún hombre feliz ha perturbado nunca una reunión, ni predicado la guerra, ni linchado a un negro. Ninguna mujer feliz ha sido nunca regañona con su marido ni con sus hijos. Ningún hombre feliz cometió nunca un asesinato o un robo. Ningún patrono feliz ha metido miedo nunca a sus trabajadores.
`Todos los crímenes, todos los odios, todas las guerras, pueden reducirse a infelicidad”
Nunca he conocido a ningún hombre feliz
Y ya que no conozco la felicidad en los demás estoy procurando sembrarla en mí a ver si florece y me muero feliz de haber conocido un hombre feliz… de haberme conocido!