Feliz Carnaval
1 Esta semana empiezan en buena parte del mundo las celebraciones de carnaval. Esta fiesta es quizás la que más me atraiga de todas las que celebramos por su carácter pagano y su simbolismo obvio.
El carnaval celebra algo que muchas personas celebramos desde nuestra niñez casi sin darnos cuenta de ello: la llegada de la primavera. En el próximo equinoccio de marzo el día volverá a ser tan largo como la noche, tras las noches interminables del invierno. Los días se hacen largos, el sol calienta y en los países mediterráneos la vida aflora no solo en la naturaleza sino también en la sociedad humana. Las costumbres y el humor se distienden y todo cobra un cariz menos serio.
Don Carnal, que representa el principio del placer, se enfrenta a Doña Cuaresma, los impulsos represivos, para salir triunfante durante esta semana. Tras el carnaval volveremos a nuestros roles habituales, ya seremos nosotros mismos pero ¿cuál es la verdadera máscara, el auténtico disfraz? Ese que nos ponemos todos los días en el trabajo, ante nuestra familia o con los amigos o ese otro con el que hemos ido de incógnito durante la fiesta. Si la personalidad no es más que una máscara ¿qué es el carnaval sino una escusa para abrirnos a otra realidad, a otras formas de estar en el mundo? La ruptura con la normalidad y con los valores aceptados no ocurren ahora, en carnaval, en ambientes marginales o desocializados, todo lo contrario, esta ruptura con lo ordinario se externaliza en una fiesta social que merece la pena celebrarse. Es la quema de nuestras máscaras, la disolución de la personalidad en los excesos etílicos y la posibilidad, en definitiva, de convertir nuestra vida anodina en una más apasionante y vital. Quizás para una semana, quizás para toda la primavera o quizás para toda la vida.
Feliz carnaval.
wOwww
Estan divinos los trajess