Por la normalización social del consumo de cannabis
2Hace unos días leí este artículo sobre la demonización de la marihuana. Es un artículo de interesante lectura que descubre las profundas razones de la ilegalización del cannabis en la sociedad actual.
El cannabis no es solo una planta que nos proporciona estados de conciencia alterados, una mayor sutileza intelectual, aumenta nuestra sensibilidad y emociones; además puede convertirse en la solución a corto plazo a la tala de bosques para fabricar papel. El cannabis, a diferencia del tabaco, es fácil de cultivar por un particular, puede producir tejidos y aliviar enfermedades. Según el artículo, la industria papelera, textil, farmacéutica y tabaquera se alió con el poder político y denigró una planta fomentando mentiras asociadas, en muchas ocasiones, con prejuicios racistas contra los inmigrantes mexicanos que la consumían.
Hora es ya de que, de la misma manera que el colectivo homosexual se hizo visible en la sociedad para normalizar su opción sexual, los consumidores de cannabis declaremos abiertamente la pertenencia a este colectivo de consumidores injustamente criminalizados. ¿Por qué debo de tener miedo de salir a la calle con una sustancia que consumo exclusivamente yo y que si tiene efectos adversos solo me perjudican a mi? ¿Por qué debemos ocultar nuestra opción de consumidores de cannabis cuando no interfiere esa actividad con la vida pública? Preguntas a las que no encuentro respuesta, nunca he creído en la hipocresía así que cada vez más abiertamente me declaro un consumidor de marihuana sin interiorizar culpa alguna. Creo que son muchos los caminos que conducirán a la normalización del consumo, pero uno esencial, es el asumir nuestro rol de colectivo marginado y criminalizado sin motivo. Por que quiero ser tolerado en mis hábitos de consumo privado, declaro sin orgullo ni vergüenza que soy un consumidor de marihuana a quien quiera saberlo.
Dejo a continuación un vídeo de algo más de nueve minutos que es una selección de un documental del National Geographic titulado «Dentro de la marihuana».
No hay ninguna razón científica para prohibir fumar marihuana y permitir, por ejemplo, consumir alcohol. Fumar y tomar es malo solo si se hace en exceso, y se pierde de esa manera la autonomía personal, creándose una adicción en el consumidor.
Pero la prohibición existe por un asunto moral. La marihuana es más adictiva que el alcohol. Entonces existe un riesgo más grande de que la gente se vuelva adicta a la marihuana que al alcohol.
¿Entonces se va a mantener una prohibición para salvar de la adicción a un, digamos, 20% de consumidores irresponsables que caerán en la adicción y perjudicar al otro 80% de consumidores responsables a los que no les va a pasar nada? Pues si.
La idea es no crear más problemas. Ese es el problema del progresismo: donde siempre se vio un problema (v.gr. la homosexualidad, la droga, etc) ellos deciden resolverlo al renunciar a su problematización. Vale decir, los progrecínicos ven el mal emerger ante sus ojos y dicen «en realidad eso no es malo, tampoco es bueno, simplemente es y punto». Es un intento por convencerse de que la búsqueda de respuestas es un absurdo (de que el cultivo de la virtud individual y de que el logro de la justicia social son sólo fantasías), y uno debe limitarse a flotar sobre la existencia en una nube de humo de marihuana.
Ningún problema
Yo, que me considero una persona que no necesita ninguna substancia estimulante distinta de las comidas y bebidas corrientes, no me hago ninguna dificultad con los derechos de todos. Sin embargo, como vivimos en sociedad, debemos comportarnos lo más deferentemente posible. Si no, perderíamos el caracter «sociable» que es una cualidad inherente y permanente en la naturaleza humana. La libertad de cada uno termina donde comienza la libertad del otro. Cada uno sabrá qué hacer con su vida. Claro, la legalidad, siendo una parte importante en el devenir histórico, hay que cambiarla sin desasosiegos, lo más civilizadamente que se pueda. Eso puede tardar años. Propongo, dentro de la sala para fumadores, una sección para fumadores de marihuana, debido a que el olor característico podría molestar a los fumadores de tabaco, amén de los abstemios. Así de fácil.