Análisis del ensayo «Ideas y creencias» de Ortega y Gasset
12 En su conocido ensayo “Ideas y creencias” [link a ensayo en PDF], Ortega y Gasset analiza los conceptos de idea y creencia y su relación; con ellos pretende explicar el azoramiento de la época actual, esa duda sobre nuestras creencias que se va extendiendo cada vez más.
Por idea debemos entender, según el filósofo, aquellas estructuras mentales explicativas en las que pensamos. En tanto que somos conscientes de ellas son ideas y no creencias, por tanto la distancia entre el sujeto y sus ideas es un hecho radical. Somos portadores de ideas. En este sentido la ciencia, como actividad consciente, es un conjunto de ideas explicativas de aquello que llamamos real. Lo real debe ser entendido, lógicamente, como un entramado de nuestra mente, el mundo “en sí” no es accesible a nuestras ideas y ni siquiera problematiza Ortega la cuestión de si existe un sustrato metafísico más allá de ese mundo mental que llamamos realidad. No es una cuestión relevante.
Desde esta perspectiva, ciencia, religión y poesía están más estrechamente emparentadas de lo que creemos: son estructuras mentales conscientes que pretenden interpretar lo real. Que la ciencia sea considerada como conjunto de ideas objetivas es irrelevante para el asunto, puedo volver al ejemplo de la religión: en la edad media europea se pensaba que el cristianismo y sus explicación del mundo terrenal y espiritual era “objetiva”, esta valoración de la estructura ideológica de la religión no la transformaba en objetiva ni distinta a cualquier otra estructura de ideas.
“Yo diría […] que la ciencia está mucho más cerca de la poesía que de la realidad, que su función en el organismo de nuestra vida se parece mucho a la del arte. Sin duda, en comparación con una novela, la ciencia parece la realidad misma. Pero en comparación con la realidad auténtica se advierte lo que la ciencia tiene de novela, de fantasía, de construcción mental, de edificio imaginario.”
Mientras que las ideas las pensamos, somos las creencias. Quiere decir Ortega que las creencias forman parte íntima de nosotros hasta tal punto que no son objeto de nuestro pensamiento consciente, todo lo contrario, son cosas que damos por hechas sin más. Cuando el mundo nos muestra una fractura entre él y nuestra creencia no podemos más que reaccionar con estupor. Aunque las creencias pueden ser problematizadas en pocas ocasiones y esto solo por contadas personas, no podemos dejar de creer en ellas, a diferencia de las ideas. Ortega pone el ejemplo de un hombre que sale a la calle, si analizamos esa decisión tan sencilla, parte de un supuesto, de una “creencia”: la existencia de la calle como realidad extramental, estática y objetiva. Si salimos a la calle y no hay calle ¿qué pasaría? Sufriríamos un natural estupor, es un estupor que rara vez sentimos ante el fallo de nuestras ideas, ya que las creencias, al contrario que las ideas, son los a prioris de nuestro pensamiento.
Las creencias son lo radical del hombre, lo que lo constituyen y da un orden a todo el entramado de ideas en las que piensa. Sin embargo, hasta ahora hemos considerado a la inteligencia, es decir a la capacidad de pensar ideas, el núcleo antropológico que nos constituye y nos distingue. El azoramiento de nuestra época se debe a la insuficiencia de ese modelo intelectualista.
No obstante, las creencias no son inmutables, a veces son puestas en duda pero no como lo son las ideas sino de una manera más profunda y vital:
“[…] la duda, la verdadera, la que no es simplemente metódica ni intelectual, es un modo de la creencia y pertenece al mismo estrato que ésta en la arquitectura de la vida. También en la duda se está. Sólo que en este caso el estar tiene un carácter terrible. En la duda se está como se está en un abismo, es decir, cayendo. Es, pues, la negación de la estabilidad.
[…] la duda nos arroja ante lo dudoso, ante una realidad tan realidad como la fundada en la creencia, pero que es ella ambigua, bicéfala, inestable, frente a la cual no sabemos a qué atenernos ni qué hacer. La duda, en suma, es estar en lo inestable como tal: es la vida en el instante del terremoto, de un terremoto permanente y definitivo.”
Y cuando el hombre duda se pone a pensar. Es el los intersticios de las creencias en donde surge el pensamiento, las ideas. Con la razón imaginamos mundos en donde no existe duda y en donde la estabilidad o, al menos, cierto orden normativo dan coherencia a lo real. Pensar es apaciguar la duda, curar la creencia y, en definitiva, crear mundos imaginarios de certezas que nacen del desasosiego y crecen por sí mismos hasta que nos hacen olvidar su legítimo origen.
sé feliz
Acabas de dar sentido a una reseña que debo hacer, de repente encontrar este analisis me da una muy buena idea para complementarla, mil gracias.
Buenisimo?? nah por favor se puede sacar mas de esto!
Es mejor el tuyo.
buenísimo
es uno de los mejores análisis que he encontrado de éste libro, y aunque me lo leí, no hubiera podido sintetizarlo de tal forma que quedará solo la esencia del ensayo
Ayudando a mi hija a preparar selectividad he dado con este análisis. Gracias. Redondo
Ayudenme a sacar conclusiones de este ensayo porfa
[…] De la relación entre el yo circunstancial y las vigencias históricas surge nuestro sistema creencial. Las creencias -dice Ortega- “no surgen en tal día y en tal hora dentro de nuestras vidas, no son pensamientos ni ocurrencias ni razonamientos. Cabe decir que no son ideas que tenemos sino ideas que somos. Con las creencias propiamente no hacemos nada, sino que simplemente estamos en ellas. No llegamos a ellas tras una faena de entendimiento sino que operan ya en nuestro fondo cuando nos ponemos a pensar en algo”. A este modo de intervenir algo en nuestra vida sin que lo pensemos lo llama “contar con ello” y este modo es el propio de nuestras efectivas creencias. Y sigue Ortega: “las auténticas creencias no se nos presentan como ideas. Son las creencias las que nos sostienen a nosotros. La creencia, precisamente porque no es una mera opinión, una idea, una teoría, es normalmente un hecho colectivo. No se cree normalmente por cuenta propia, sino junto con los demás, se cree en común. La creencia actúa como vigencia colectiva”.[3] […]
Lo malo de estos redactores, como quien escribe este artículo, es la incapacidad que tienen para explicar algo llevándolo de lo fácil a lo difícil para una persona que no está metida todos los días en estos temas, como es mi caso, pueda entenderlo en su totalidad.
Además, como diseñador web le digo al encargado de esta página, que el diseño del texto está mal, desalienta la lectura. El mismo está escrito como si se tratara de una página en papel y no en una pantalla digital.
La regla para mejorar esto dice que se debería angostar el texto y separar por un espacio cada oración, para que la lectura en una pantalla se haga fácil y fluida.
hola, necesito relacionarlo con un hecho histórico. alguna idea política o religiosa, puede ser?
Estaba en una clase y eso no me sirvio para nada, tendré que retirar el semestre
Sobre Ortega lo que he sacado en claro es que cada individuo es uno e indivisible. Lo que ve y lo que vive no lo puede vivir otro.
Cada uno ve la realidad de forma única y a la vez complementaria.
Que quiere decir con : Desde que el europeo cree tener «sentido historico «, es esta la exigencia mas elemental
Por fa si me explican