«Génesis» de Robert Crumb
0 Hacía un tiempo que quería leer Génesis de Robert Crumb, conocía al autor de obras anteriores como Mr. Natural y el Gato Frizt y un tebeo sobre el libro bíblico del Génesis de este historietista underground no podía más que despertar mi interés. De hecho, mucho antes de que se publicara Génesis, la imagen de Mr. Natural siempre la he asociado a una representación popular e irreverente del dios padre judeo-cristiano.
La obra “Génesis” es una lectura interesante y didáctica que, desde una perspectiva aséptica, es decir ni religiosa ni anti-religiosa, nos acerca a los orígenes de nuestra cultura occidental.
La narración es fiel al original, ni siquiera se salta los más tediosos episodios de genealogías bíblicas, en todo caso, los fragmentos con menos posibilidades narrativas son pocos y rápidamente resueltos; lo que hace, en definitiva, que la lectura del cómic sea amena y enganche desde el principio. La creación del hombre, la caída en el pecado, la lucha fratricida entre Caín y Abel o las aventuras de Lot en Sodoma, tienen un potencial narrativo que un historietista como Crumb no desaprovecha en ningún momento. Sin moralizar pero tampoco sin afán de desprestigiar a la religión judía, el autor norteamericano desgrana los episodios más crudos y tiernos del Génesis sin solución de continuidad; deseo, amor, incesto, asesinato, compasión o fe, aparecen en la obra de Crumb, como en el libro bíblico, tal cual, sin elaboradas moralejas o conclusiones, que deberán ser elaboradas por el lector, si las precisa.
La enseñanza de la religión es un tabú en muchos sitios, se entiende que los padres o ciertas instituciones religiosas deben ser las encargadas de la formación espiritual del menor. No puedo estar más de acuerdo, pero la religión además de una faceta espiritual, que interesa a la persona en cuanto creyente, es un hecho cultural que necesariamente debemos conocer para comprender las distintas culturas que nos precedieron y la nuestra propia. Nadie me negará lo necesario que es que los menores que estudian a los mesopotámicos, egipcios o griegos conozcan sus ritos y dioses. Saber quiénes eran Isis, Marte o Wiracocha forma parte de nuestra cultura general, conocer la cosmogonía o teogonía de los pueblos antiguos nos acerca a su modo de pensar y actuar. Nadie duda de la necesidad de enseñar esos conocimientos. ¿Y es menos necesario enseñar al menor quién es, según la mitología judeo-cristiana, María o el Espíritu Santo? Hoy en las sociedades secularizadas el menor puede crecer sin tener ni idea de mitos esenciales de la tradición monoteísta. Como ya ha sido señalado, occidente no es una cultura greco-latina sino, más bien, grego-semítica. Lo aglutinante de los pueblos occidentales es que provienen de una tradición filosófica, científica y política de corte eminentemente griego y romano, pero, para la construcción de tal identidad colectiva, fueron, por lo menos, igualmente importantes las aportaciones ideológicas de las tradiciones monoteísta semíticas: judaísmo, cristianismo e islam.
Génesis de Robert Crumb es, en definitiva, una invitación a que nos acerquemos a la historia de las religiones con la mirada del curioso y no como creyentes. Obras como estas tienen un enorme valor didáctico tanto para jóvenes como para adultos que no se sienten identificados con ninguna religión pero sí tienen interés por conocer la evolución del hecho religioso y su influencia en la construcción de nuestra identidad colectiva.
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