La imagen de la naturaleza en la física actual
1«La imagen de la naturaleza en la física actual» (1955) [PDF de la traducción castellana del texto] es un artículo del físico Werner Heisenberg que analiza la percepción de la naturaleza surgida tras el cambio de paradigma en la física que supuso, a principios del XX, el descubrimiento de la teoría de la relatividad y la física cuántica.
El primer punto que trata el autor en su trabajo es «El problema de la naturaleza». En este apartado muestra Heisenberg como el concepto que el hombre ha tenido de la Naturaleza ha cambiado desde la concepción medieval hasta la de nuestros días. La imagen medieval entendía la Naturaleza como criatura de Dios y por lo tanto la investigación sobre ella no podía prescindir de Él. Sin embargo, en el cristianismo de la Modernidad Dios se fue trascendiendo hasta llegar a estar «más allá» de la Naturaleza, este proceso de separación entre Dios y el Universo (impensable en el panteísmo o inmanentismo de la Antigüedad) permitió que se desarrollara una ciencia de la Naturaleza en donde la idea de Dios fuera desplazada paulatinamente.
Poco a poco, conforme se fue desarrollando la nueva ciencia de Newton, Galileo y Kepler, la observación de la Naturaleza necesitó de la técnica: telescopios, microscopios, termómetros etc. esto conllevó que lo que el científico moderno entendiese por Naturaleza fuera «todo lo que resulta asequible a la experiencia humana» no importando que ese campo estuviese vedado a la percepción ordinaria. A su vez la ciencia abandonó su espíritu explicativo y se convirtió en una descripción matemática de fenómenos. Estas dos ideas dieron lugar a la concepción materialista de la ciencia que ha perdurado hasta el descubrimiento de la mecánica cuántica.
La moderna concepción materialista de la naturaleza ha sido la interpretación dominante en la ciencia, según Heisenberg, hasta el siglo XIX. Esta concepción es heredera del atomismo de Demócrito y Leucipo y planteaba que los cimientos de la realidad eran sustancias materiales denominadas átomos. Todo era explicable por estas realidades «contantes y sonantes» y sus interacciones pero esta interpretación moderna de la ciencia se vino abajo en el momento en el que se derrumbó ese ingenuo concepto de átomo.
Para Heisenberg tres fueron las crisis del modelo atómico clásico que permitieron la destrucción de la concepción materialista. En primer lugar está el descubrimiento del electromagnetismo que mostró que no todos los fenómenos físicos son reducibles a interacciones de la materia; debido al descubrimiento del electromagnetismo fue preciso introducir en la física el concepto de campo, no obstante, esta introducción no fue un golpe mortal para el atomismo clásico ya que el campo, al fin y al cabo, era generado por el átomo. En segundo lugar está el descubrimiento de la divisibilidad del átomo con el descubrimiento del electrón y los otros componentes subatómicos, este descubrimiento tampoco supuso un golpe mortal para la antigua imagen materialista de la Naturaleza ya que, los elementos que cimentaban la realidad dejaron de ser los átomos y pasaron a ser los electrones y protones.
El tercer golpe, y mortal, al atomismo clásico lo dio el descubrimiento de la mecánica cuántica: con el descubrimiento, por parte de Heisenberg precisamente, del principio de incertidumbre ya nos es imposible hablar de Naturaleza y ni siquiera de «materia» en sentido estricto sino sólo de un conglomerado de sujeto-objeto. Al observar la Naturaleza el hombre observa su mirada reflejada en ella y por mucho que escudriña el Universo no encuentra en ningún lado a la antigua materia mecanicista. Heisenberg se decanta más por una concepción platónica de la materia como armonía de números y proporciones antes que por una percepción de la materia como algo concreto y «tocable».
Pero el hombre no se encuentra ante sí mismo sólo en la investigación de las partículas elementales, se encuentra a sí mismo también en dos sentidos. Por un lado la Naturaleza ya apenas supone un peligro para el hombre, edificios antiterremotos, predicciones meteorológicas que nos mantienen alerta contra los huracanes, extensión de las vacunas como medios para evitar enfermedades etc. ahora lo que supone el mayor peligro de todos es el hombre para el hombre mismo. No sólo por la degradación y destrucción del medio ambiente sino por el descubrimiento de armas que podrían aniquilarnos mutuamente sólo con apretar un botón.
Por otro lado, el hombre encuentra a la Naturaleza dominada y al bosque convertido en un jardín. Miramos a nuestro alrededor y vemos al mundo transformados por nuestras líneas de carreteras, nuestras vías de trenes, nuestros cables de electricidad o canalizaciones de ríos… Miremos donde miremos vemos la mano del ingeniero y del arquitecto… En palabras del propio Heisenberg:
«La antigua división del universo en un proceso objetivo en el espacio y el tiempo por una parte, y por otra parte el alma en que se refleja aquel proceso, o sea la distinción cartesiana de la res cogitans y la res extensa, no sirve ya como punto de partida para la inteligencia de la ciencia natural moderna. Esta ciencia dirige su atención ante todo a la red de las relaciones entre hombre y naturaleza: a las conexiones determinantes del hecho de que nosotros, en cuanto seres vivos corpóreos, somos parte dependiente de la Naturaleza, y al propio tiempo, en cuanto hombres, la hacemos objeto de nuestro pensamiento y nuestra acción. La ciencia natural no es ya un espectador situado ante la Naturaleza, antes se reconoce a sí misma como parte de la interacción de hombre y Naturaleza.»
Otros textos de W. Heisenberg:
Sujeto y objeto según Werner Heisenberg
imagen extraída de:
Platón nunca deja de sorprenderme y enamorarme, es poesía y es música.