Porque sueño no lo estoy
8
He visionado la película “Léolo” (1992) del canadiense Jean-Claude Lauzon este fin de semana y aún estoy bajo su impacto. La palabra surrealista en francés quiere decir literalmente “super realista” y es en este sentido como “Léolo” puede ser calificada como película surrealista, en tanto que nos muestra la verdad deformada de nuestras vidas en los ojos de un niño pero con una deformación que desnuda hondas verdades más que ocultarlas.
Léolo es un niño pre adolescente que vive en un ambiente sórdido y amargo de una familia en el que solo la madre parece retener un poco de cordura, aunque no mucho. En un clima gris y desolado Léolo lucha contra la locura a través de la lectura… la lectura, que a tantos nos ha librado de la estupidez de ser hombres del todo serios o del todo sensatos, junto con la escritura son las armas de Léolo contra la barbarie del mundo desnaturalizado que en realidad es el nuestro. A la luz del frigorífico en la noche, oculto de su familia, Léolo escribe:
“No intento recordar las cosas que ocurren en los libros, lo único que le pido a un libro es que me inspire energía y valor, que me diga que hay más vida de la que puedo abarcar, que me recuerde la urgencia de actuar…»
Todos los que amamos la lectura no como un sistema de huida sino como un modo de vivir entendemos las palabras de Léolo. Como un mantra repite el protagonista “porque sueño no lo estoy”, porque suena Léolo no está loco, no está solo ni desesperado. La lectura, la escritura y su viva imaginación son las puertas hacia un mundo que no es de este pero sin el cual solo queda la nada.
Un lugar importante en la película tiene el amor de Léolo hacia Bianca a tan solo de 5,80 metros y sin embargo infinitamente lejos. No es un mero amor platónico y el deseo del cada vez más adulto Léolo se muestra con cruda ternura, con amarga desesperación. Hasta que poco a poco ese deseo es más fuerte que su fidelidad a lo imposible, su fe en los sueños… Léolo al final de la película se hace mayor y así acaba esta obra poética tan desconocida como impactante. Quizás por eso nos emocione tanto una historia como esta, porque sabemos que todos hemos renunciado a Bianca en algún momento de nuestra vida y ese fue el momento en que dejamos de ser niños y empezamos a ser hombres.
Todo el guión está perlado de frases para recordarlas, sabias y bellas, dejo aquí, a modo de muestras, las últimas palabras de Léolo derrotado por el sentido común:
«Porque sueño no lo estoy. Porque sueño, sueño. Porque me abandono por las noches a mis sueños antes de que me deje el día. Porque no amo. Porque me asusta amar. Ya no sueño. Ya no sueño. A ti la dama, la audaz melancolía, que con grito solitario hiendes mis carnes ofreciéndolas al tedio. Tú que atormentas mis noches cuando no sé qué camino de mi vida tomar… te he pagado cien veces mi deuda. De las brasas del ensueño sólo me quedan las cenizas de la mentira, que tú misma, me habías obligado a oír. Y la blanca plenitud, no era como el viejo interludio y sí, una morena de finos tobillos que me clavó la pena de un pecho punzante en el que creí, y que no me dejó más que el remordimiento de haber visto nacer la luz sobre mi soledad».
PARA LEER MÁS SOBRE LA PELÍCULA:
http://www.arrakis.es/~maniacs/Leo1.htm
http://www.osiazul.com.mx/seccion/ojooct04.html
http://www.nodo50.org/tortuga/Leolo-La-incontenible-fuerza-de-la
Sé feliz
Está va a ser una de esas películas que tengo que ver… Al principio me recordó a otra muy curiosa, La piel que brilla.
La verdad es que es muy buena película el problema es que apenas está disponible. Solo está editada en VHS y hace muchos años y en DVD no está. De todos modos puedes rezar San Emule seguro que te escucha.
Intentaré ver la peli que citas, no la conozco
Magistral
La considero un referente constante. Una de esas películas que no olvido, que siempre nombro, y ansío volver a ver de nuevo. Intensa. Profunda. Abismal. Una obra maestra.
Ciertamente. Una obra maestra, solo espero que pase unos meses para poder verla otra vez.
?
Muy buena crónica. Pero respecto al contenido que trasunta…
¿Por qué hacernos adultos tiene que significar dejar de soñar?, ¿por qué serlo debe asociarse a la entrada a una mediocridad eficiente?
Sí, quizás no tenga por qué ser así pero más que una conclusión es un aviso para navegantes. Al menos así lo entiendo yo.
gracias por comentar.
Pues no he tenido el placer de ver esta película, pero si tú lo dices… Buena crítica.
Hace años que la vi por segunda vez, de una manera tan fortuita y casual como la primera. Y es cierto, es extraordinaria, estremecedora, desbordante.
Si, te vuelca sobre ti mismo, decididamente, sin vacilacion, es decir, al igual que todo lo magnífico sin que tú ni puedas ni quieras evitarlo. Te ciñe desprevenido, desde ese lugar del ser que jamás hemos guarecido ni preservado, sencillamente porque nuestro desconocimiento de esa sombra de nosotros evitara hasta hoy en día que lo hubiéramos reconstituido, guarecido, traducido, explicado, representado, disfrazado de sociedad y sentidos y sensatez. Así que es un disparo certero hacia nuestro olvidado desnudo, ahí donde todavía y por fortuna no hemos constituido hábito, representación, respuestas.
También uno se pregunta, recuerdo, si es preferible ser capaz de sentir y percibir y pasar así, a ese nivel de tacto y compromiso, o si por el contrario es preferible renunciar y carecer y darse a la insensibilidad y a la ineptitud. Porque la locura es el precio inapelable de los ángeles que todavía mantienen humano el curso y el corazón, y que por tanto no sobrevuelan sobre todo lo que tocan y ven. Padecen más que nada o nadie, sobre todo día a día mucho más que sí mismos.
¡Quién pudiera ver, sumergirse y tocar, a la vez que sobrevolar! A pesar de que conocimos a Icaro jamás quisimos renunciar al Sol. Y eso es lo que pasa.
Leolo; no recordaba el título de aquella película que me impresionara tanto.
Un saludo.