Cicerón como filósofo. Sobre la naturaleza de los dioses
1 “No obstante, los que quieren conocer mi opinión personal sobre las diversas cuestiones manifiestan un grado de curiosidad que va más allá de lo necesario; pues, en la discusión, hay que buscar no tanto el peso de la autoridad cuanto la fuerza de la argumentación.
Más aún, la mayor parte de las veces la autoridad de los que hacen profesión de enseñar es un estorbo para los que quieren aprender; dejan, en efecto, de emplear su propio juicio y admiten como seguro lo que ven juzgado ya por el maestro a quien dan su aprobación.”
Cicerón; Sobre la naturaleza de los dioses; V 10 (link a la traducción en PDF).
Autores como Cicerón muestran que la filosofía no es solo la construcción de sistemas de ideas coherentes sino también la manifestación de un estilo y actitud vital. Autores como él han sido apartados de la filosofía academicista bajo el baldón de ser “poco originales” y asistemáticos. La pretensión de “pedagogizar” la filosofía ha llevado, inadvertidamente, al rincón de la historia a ciertos autores que prefirieron la sutileza y el escribir entrelineas a la simplificación sistematizadora.
Ciertamente, el autor latino en sus escritos filosóficos, no deseaba tanto ser originalista al plantear respuestas dogmáticas como ayudar con sus palabras a que el lector, comprendiendo la ilación de argumentos y contraargumentos, construyera su propia respuesta. “Sobre la naturaleza de los dioses” es un claro ejemplo de este afán mayéutico de la filosofía ciceroniana: en el libro primero comienza la disertación Cayo Velleio dando una perspectiva epicúrea sobre la divinidad, a continuación Cayo Cotta critica a Velleio desde un escepticismo y propone su propia versión teñida de estoicismo. El libro segundo contiene la exposición de la teología estoica a cargo de Quinto Lucilio Balbo; finalmente en el libro tercero, de nuevo Cayo Cotta ataca la perspectiva estoica. (Lamentablemente este libro contiene una laguna muy impertinente en donde Cotta atacaba la providencia divina y argumentaba a favor de que el mundo fuera conformado por la naturaleza y no por un dios) En cualquier caso, durante la disputa filosófica que representa esta obra se exponen argumentos sobre la existencia o no de dioses y los rasgos de la divinidad expresando ideas encontradas sin llegar a una conclusión cerrada que deberá ser hallada por el propio lector si la precisa.
Una filosofía útil, activa es la que propone Cicerón frente al dogmatismo especulativo. Hombre político, humanista y luchador contra la autocracia, el fragmento que encabeza estas lineas es una pequeña muestra de su actitud pluralista y antiautoritaria; actitud que, más allá de originalidades o sistemas, es la propia esencia de la filosofía.
Otros fragmentos de Sobre la Naturaleza de los dioses en la traducción de Ángel Escobar para la editorial Gredos:
* En donde Cayo Cotta expone las peripecias, felicidad y humor de algunos impíos. (III 83-84, 89)
Artículo externo sobre el momento histórico y la filosofía política de Cicerón.
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