De por qué las tiranías fomentan necesariamente la mediocridad. Herodoto, Carmen y Concha
4Mucho se suele hablar de los orígenes grecolatinos de la cultura europea y mediterránea. Desgraciadamente este respeto a la cultura antigua es antes un lugar común, un aprecio a la letra muerta, domesticada, que una verdadera admiración por los hombres que construyeron la cosmovisión de la que hoy somos meros remedadores y epígonos. Hace casi dos mil quinientos años, en el Mediterráneo oriental, los pueblos helenos se erigieron en potencia cultural y política, enfrentándose a la tiranía persa; esta pugna contra la opresión insufló en la mente de los griegos clásicos un odio a la tiranía que hoy está, tristemente, desterrado del espíritu de la mayoría de los pueblos del Mediterráneo y Europa.
Casi todos los autores de aquella época, ya sean historiadores, oradores o filósofos, dan testimonio de este desprecio heleno hacia un sistema político que enajena al hombre libre de los asuntos de la polis. Herodoto, considerado en Occidente “padre de la historia”, en el libro quinto de sus “Historias” narra una anécdota que se ha popularizado y manifiesta el carácter eminentemente corrupto de cualquier sistema tiránico. Dejo el fragmento en cuestión para que el lector lo lea y reflexiones sobre la actualidad de unas líneas que fueron escritas hace más de dos milenios:
“Cipselo llegó a ser señor de Corinto, y con esto un tirano que a muchos corintios desterró, a muchos quitó los bienes, patria y vida, después de un gobierno de treinta años, habiendo tenido la fortuna de morir en paz y en su cama: sucedióle en la tiranía su hijo Periandro, quien aunque en los principios de su gobierno se mostraba más humano y blando que su padre, con todo, por haber después comunicado por medio de unos mensajeros con el otro tirano de Mileto, el célebre Trasíbulo, llegó a hacerse mucho más cruel y sanguinario que el mismo Cipselo. Es preciso saber que envió Periandro un embajador a Trasíbulo con la comisión de preguntarle de qué medios se podría valer para estar más seguro en su dominio y para gobernar mejor su estado: pues bien, saca Trasíbulo al enviado de Periandro a paseo fuera de la ciudad, y éntrase con él por campo sembrado y al tiempo que va pasando por aquellas sementeras le pregunta los motivos de su venida, y vuelve a preguntárselos una, y otra, y muchas veces. Era empero de notar que no paraba entretanto Trasíbulo de descabezar las espigas que entre las demás veía sobresalir, arrojándolas de sí luego de cortadas, durando en este desmoche hasta que dejó talada aquella mies, que era un primor de alta y bella. Después de corrido así todo aquel campo, despachó al enviado a Corinto sin darle respuesta alguna. Apenas llegó el mensajero, cuando le preguntó Periandro por la respuesta; pero él le dijo: “¿Qué respuesta, señor? Ninguna me dio Trasíbulo”; y añadió que no podía acabar de entender cómo le hubiese enviado Periandro a consultar un sujeto tan atronado y falto de seso como era Trasíbulo, hombre que sin causa se entretenía en echar a perder su hacienda; y con esto dióle al instante en el blanco, y penetró toda el alma del negocio, comprendiendo muy bien que con lo hecho le prevenía Trasíbulo que se desembarazase de los ciudadanos más sobresalientes del estado.”
Herodoto; Los nueve libros de historia; libro quinto, capítulo XCII, de la edición de www.elaleph.com
Comprendemos la profundidad de la idea que expresa Herodoto en este texto si tenemos en cuenta que en el sistema de valores de los antiguos griegos, la mediocridad se oponía a la virtud. El término griego para referirse a virtud era areté (vease W. Jaeger; Paideia: los ideales de la cultura griega; FCE) que ha sido traducido en español por “excelencia”. Se entiende que, en este contexto, un hombre virtuoso fuera un hombre que descollase del resto en un ámbito determinado. En cierto modo, tal concepto de virtud lo seguimos manteniendo los hablantes de español cuando decimos que alguien es un “virtuoso del piano”. Con este tipo de frases no nos referimos a que el músico posea una virtud moral sino una capacidad excelsa para desarrollar una actividad, en este caso para tocar el piano. La palabra areté también podía ser usada con una significación ética, y, en ese contexto, virtud moral era una alta capacidad intelectual y emocional para actuar rectamente en las circunstancias más adversas.
Por tanto, cuando Herodoto muestra la relación entre tiranía y mediocridad, no está haciendo solo un diagnóstico político sobre la tiranía sino que, inadvertidamente, está mostrando que tal tipo de organización se aleja, por su propia esencia, de la virtud, entendida como excelencia. Efectivamente, los tiranos solo pueden mantenerse en el poder gracias a la sumisión del pueblo y de los cortesanos. Un pueblo sometido muestra un evidente alejamiento de la virtud moral, ya que ni siquiera tiene voluntad para luchar por su propia dignidad; para los tiranos no hay nada más peligroso que un pueblo que escucha la llamada de la libertad, un pueblo que se levanta del adormecimiento y pretende romper las cadenas que le oprime. Pues si el pueblo deja de conformarse mediocremente con las migajas que los opresores arrojan de su mesa y exige lo que por naturaleza le corresponde ¿no diríamos, sin faltar a la verdad, que ese pueblo actúa virtuosamente?
De igual modo, los cortesanos de los tiranos también deben ser mediocres porque si uno es mejor que el propio déspota, puede llegar a ser una competencia y, por tanto, una amenaza para los que detentan el poder. Por esta razón, aconsejó sabiamente Trasíbulo a Periandro, pues no hay mejor método para conservarse en la cúspide del estado que evitar que otros mejor que tu puedan llegar tan alto.
Mucho se ha dicho desde Herodoto en contra de la tiranía pero hoy más que nunca conviene analizar la estrecha relación entre la mediocridad y los sistemas despóticos. Si analizamos los movimientos totalitarios del siglo XX como el fascismo y comunismo, vemos como tras imponerse aplicaron una política de persecución contra pensadores, científicos, políticos y otros miembros de la clase intelectual. Es evidente que ningún hombre que ame la libertad puede vivir tranquilo y en silencio bajo el yugo de la opresión, y si ese hombre posee una inteligencia penetrante es un peligro enorme para los dictadores. Por esta razón, el ostracismo de emprendedores e intelectuales es algo común en las tiranías. Desde Trasíbulo hasta hoy en día, el desprecio a la virtud en general y a la inteligencia en concreto ha sido el rasgo distintivo de los tiranos.
Hoy, sin embargo, muchos piensan que viven en libertad política porque tienen el permiso de meter un papel en una urna cada cuatro años. Más allá de esta formalidad, para comprender la naturaleza tiránica de nuestro sistema político basta observar como desde todas las instancias la casta dirigente hace apología y militancia de la mediocridad. Lo que diplomáticamente se ha denominado “partidocracia” no es más que una estructura política de partido único maquillada; la diferencia del partido único que homogeneiza a la población en los totalitarismos comunistas o fascista y el partido único que monopoliza el poder en los estados mal llamados democráticos actuales, es que en los primeros el monopolio se ejercía de un modo que hoy nos resulta evidente mientras que en la democracia capitalista, la ideología única se disfraza de diversos ropajes para aparentar pluralidad, hecho sobradamente señalado por algunos autores, como Noam Chomsky. También en las democracias capitalistas, como en los otros totalitarismos citados, el control de los medios de propaganda y de la educación, permite que se mantenga el engaño entre amplias capas de población.
Pero lo que me interesa analizar aquí es el hecho de como la estructura interna de los partidos únicos, fomenta, indefectiblemente, que asciendan los mediocres en detrimento de los mejores. Cuando la disciplina de voto, la atención a los eslóganes y el clientelismo se convierten en los valores de un partido; cuando “la unidad” de grupo y acción se confunde con la sumisión al cabecilla de turno ¿quiénes serán los que medren? Aquellos que mejor interioricen la humillación, aquellos que mejor memoricen las frases dictadas por “los de arriba”, nunca aquel espíritu libre que más allá de la disciplina o de las estrategias partidistas luche por el bien de su pueblo. Si alguien es buen médico ¿en qué labor encontrará satisfacción? si alguien es buen cocinero ¿qué le resultará grato y enriquecedor hacer? y si alguien es buen deportista ¿no optará, si puede, por practicar su deporte? ¿Preferiría, el médico, el cocinero o el deportista hábil, dejar de lado el trabajo en donde destacan y se desarrollan para ir de sede en sede política a mostrar deferencia y respeto a unos sujetos que se autodenominan “líderes» y no son más que neo caciques? ¿No preferirán estos hombres o mujeres virtuosos seguir ejerciendo su labor profesional en vez de someterse a la violencia más antinatural de todas, la violencia que la necedad ejerce sobre la inteligencia?
¿Qué panorama nos deja todo lo anterior? El que los españoles tenemos ante nuestras narices: una casta endogámica y parasitaria de mediocres que no pueden hacer otra cosa que trabajar dentro de estructuras políticas corruptas en donde la excelencia es perseguida y casi anulada por un enjambre de buenos en nada. Así que para aquellos que no hayan conocido de primera mano a ningún tiranucho de estos, dejo aquí un vídeo de una entrevista realizada hace unas semanas por Jordi Évole a Concha Gutiérrez del Castillo y Carmen Álvarez-Arena, portavoces en la comisión de empleo, respectivamente del PSOE y PP o viceversa. Que gente de esta talla sean portavoces de la “comisión de empleo” en el parlamento de un país que se aproxima a los seis millones de parados, muestra hasta que punto la mediocridad política ha infectado a las más altas instancias de nuestra “democracia”; y de que modo los tiranos que nos subyugan han aplicado los consejos de Trasíbulo aún a riesgo de hundir, en el descrédito más vergonzoso, al estado que dicen amar y defender.
Gracias
Gracias por el artículo, muy interesante y muy deprimente…contemplé con mis propios ojos este bochornoso espectáculo de estas dos mediocres paniaguadas. Como desempleada de larga duración y luchadora impenitente que se resiste a tirar la toalla, confieso las ganas de llorar que me produjeron ambas dos, pero sólo contribuyeron a aumentar mis ganas de pelear hasta mi último aliento por echar a todos estos descastados. Es un largo camino, pero todo lleva su tiempo. Gracias.
GRacias a ti por comentar y sobretodo por luchar y resistir contra esta gentuza que nos llevarán a la ruina pero no a la desesperación.
salud
Sobran
¿Para qué queremos no se cuantos diputados de cada partido, si no pueden hacer otra cosa que decir si y amén a lo que digan sus cúpulas?. Ya que no piensan por si mismos y son simplemente meras extensiones numéricas, mero mobiliario inútil y costoso del Parlamento,lo razonable es que sean suprimidos aunque solo sea por ahorrarnos el bochorno de padecerlos. En cuanto a las cúpulas tienen la fijación de casi todas las cúpulas: creen que están ahí solo para cumplir la función de que todos los que están debajo las sostengan.
Bendita crisis
Soy un parado mas de los miles que hay en este pais, estoy en desacuerdo los recortes en la sanidad publica y a los parados, porque estamos al borde de la mendicidad, lo que dice el gobierno es para incrementar la busqueda de empleo Ja! de risa, no hay trabajo! ya se podia poner en nuestra piel y ver que muchos no tienen ni que dar de comer a sus hijos, debian de hacer recortes a los mas ricos, aquellos que con las subenciones y demas rollos mal controlados que han ido a parar todo el dinero de nuestros impuestos, a esos individuos que hoy en dia tienen una jugosa liquidez, donde abunda la comida y sus fiestas privadas, sus grandes viajes etc. rebajar en gran medida el sueldo de los politicos, porque tienen buenos y suculentas pagas, a los futbolistas que tienen super pagas, y solo por patear a un balon, agradecido que ganen copas, pero sus sueldos son incontrolados, hay en este pais un sinfin de personas que se estan forrando a cuenta de subenciones, me parece bien que bajen los sueldos a los funcionarios, ya era hora!! de ponerles en su sitio, son los que siempre viven del cuento, no pegan palo al agua la gran mayoria, vas a cualquier estamento publico, te hacen esperar lo que les da la gana, no tienen profesionalidad, se dan sus aires de que!! en una oficina de estos cuenta cuentos para hace un documento pasa un solo papel sin hacerse nada, de uno a otro hasta cin o seis, lo firma el que lo tiene que firmar y despues hace la ruta otra ves de los cinco o seis, que hacen tantos Zanganos-as, en los ministerios, ayuntamientos? hoy en dia los bares y restaurantes estan a rebozar de estas gentes, acostumbrados a vivir del cuento y sueldo seguro, del derroche y caprichitos, son los unicos que se dan buenas vacaciones y un etc.. tenian que quirarles los 6 dias esos que tienen, no solo tres, porque nadie mas en este pais tiene esos privilegios que me parecen desproporcionafos, sus pagas extras muy bien yo les hubiese quitado todas, cuando caminas en busca de trabajo, ves como no se recortan sus vicios del pinchito, el cefelito, el vinito, por la tarde otro de lo mismo, en semana, los fines de semana celebrando sus cenas, fiestas de bares, restaurantes, discos, veo todo esto y digo, donde esta la crisis? porque los bares siempre estan lleno de estas gentes, son todos funcionarios señores, los demas nos tenemos que conformar, mirar, como unos cuantos viven bien y otros sin poder llevars un poco de comida a sus casas, creen ustedes que esto es normal, hay un desproporcione inmenso en este pais, claro! ahora que les hacen los recortes estan sublevados, como los niños cuando les quitas los caprichitos y las golosinas, estan enfadados y protestan verguenza le tenian que dar ya que por lo menos tienen un sueldo asegurado y deben de ser los primeros en ayudar a que este pais se recupere, ya que han vivido muchos años de no pegar palo al agua, repetido, ya lo se! que se callen y se aguanten, tambien se debe de quitar todas las suvenciones a las vagos de los sindicatos aparte de cobrar suculentas pagas tambien chupan de los trabajadores, despues salen disfrazados y derrochando en panfletos, pancartas, locales, mitines etc.. todo esto es un gasto extra de donde sale? hay muchos sitios donde hacer recortes pero no al parado, no a los pobres, no a la sanidad, que ahora los pobres de antes somos mas pobres y los ricos ahora son mas ricos.