Descartes: racionalismo y método
1El filósofo racionalista René Descartes (1596-1650) es considerado como el padre de la filosofía moderna. Su intento de hallar un método lógico-matemático para el conocimiento filosófico ha sido enormemente influyente en la historia de la filosofía posterior. Quizás su aportación más revolucionaria fue considerar al sujeto pensante (el “cogito”) como la piedra angular de todo conocimiento; esta importancia del sujeto y del conocimiento apuntará ya a las temáticas típicas de la filosofía de la modernidad.
Racionalismo y método:
El racionalismo continental es un movimiento filosófico que surgió en el siglo XVII, es decir, en plena modernidad. Se llama continental, porque mientras que en las Islas Británicas se desarrollaba el movimiento empirista según el cual la experiencia juega un papel preponderante para comprender la realidad, en el continente europeo floreció el racionalismo.
Es difícil definir con concreción el racionalismo ya que es considerable la pluralidad de autores que pueden ser llamados racionalistas. Como rasgos más sobresalientes tendríamos la importancia que concede el racionalista a la razón frente a la experiencia o al criterio de autoridad para acceder al conocimiento. También suele ser un rasgo frecuente en los racionalistas la creencia que en la mente de todos los hombres existen ideas o funciones innatas que se activan cuando se produce la experiencia pero que son independiente de ella. Por último, debemos subrayar la importancia que tiene para el racionalismo las matemáticas como modelo de conocimiento por su exactitud y sistematicidad.
Precisamente basándose en las matemáticas Descartes construyó su método filosófico para hallar un conocimiento cierto e indudable. Descartes, como muchos otros autores de su tiempo, observaba con desencanto como la matemática o la física eran ciencias que acumulaban conocimientos con el paso del tiempo; sin embargo, se lamentaba el autor racionalista, la filosofía carece de un sistema o método propio que le permita adquirir un conocimiento verdadero y con el que estén de acuerdo todos los filósofos. Para acabar con esa situación el francés se propone construir un método que, como la geometría euclidiana, parta de algún o algunos axiomas indubitables sobre los que construirá, sistemáticamente, todo el edificio del conocimiento filosófico.
Según Descartes adquirimos conocimiento de dos maneras, mediante la intuición y la deducción. La intuición capta las verdades simples que surgen de la misma razón de modo inmediato sin posibilidad de dudas. La deducción, por su parte, es un procedimiento intelectual por el que conectamos las verdades simples de la intuición y concluimos otras verdades a partir de ellas.
Las reglas de este método deben ser sencillas y asimilables por todos. De hecho el filósofo racionalista consideró que con cuatro reglas bastarían:
– Primera regla: claridad y distinción: no debemos aceptar como verdad aquello que no sea evidente, claro y distinto. En este primer paso hacemos uso de la intuición, la más mínima duda sobre un conocimiento nos llevará a rechazarlo.
– Segunda regla: el análisis: debemos dividir las dificultades que encontremos durante la investigación tantas veces como sea preciso hasta la máxima simplicidad.
– Tercera regla: orden y síntesis: con esta regla de lo simple pasamos a lo complejo a través de la deducción, de este modo reconstruimos el orden de las ideas.
– Cuarta regla: enumerar y revisar: finalmente debemos enumerar los elementos del análisis y su orden para revisar todo el método y estar seguro de que no hemos omitido elementos ni reglas.
Aplicando este método, Descartes llegó a deducir la existencia del yo (cogito) como algo indubitable y autoevidente.
Este trabajo pertenece a «Apuntes para superar el examen PAEG en Castilla – La Mancha».
Clara la explicacion si la entendi