Descartes: res cogitans y mecanicismo
1Tras demostrar la existencia indubitable del yo a Descartes le queda por demostrar la existencia del mundo externo al sujeto. El sujeto es una res cogitans, es decir una sustancia pensante. En un primer momento podemos dudar, incluso, de que esa cosa pensante tenga un cuerpo que la sostenga ya que la certeza indubitable solo alcanza al yo pensante.f
Analizando el pensamiento, Descartes establece que existen tres tipos de ideas:
– Ideas adventicias: son aquellas que, en apariencia, vienen desde fuera del sujeto. Por ejemplo, un ruido.
– Ideas facticias: las crea el sujeto con su imaginación. Por ejemplo, un centauro.
– Ideas innatas: son ideas que están en el sujeto desde su nacimiento. No las ha generado el mundo externo ni él sujeto mismo. Son ejemplos de ideas innatas las ideas de infinito, perfección y, sobre todo, de Dios.
Descartes se propone analizar el origen de las ideas innatas, en concreto de la idea de Dios. Dios aparece en mi mente como un ser perfecto e infinito, siendo yo un ser imperfecto y finito ¿de dónde procede la idea de Dios? No la he podido crear yo mismo ya que no poseo las cualidades de infinitud o perfección que contengo en mi mente, incluso aunque las contenga no puedo abarcarlas con mi pensamiento. Luego esa idea tiene que venir de fuera de mi y solo puede provenir de un ser infinito y perfecto, es decir, de Dios. Por tanto, Dios existe.
Ahora sabemos que existe el yo y que existe Dios pero ¿existe el mundo externo? Observo que en mi mente aparecen objetos que juzgo como existentes, pero debo de admitir que esos objetos no son más que procesos de mi mente. Sin embargo, sé que Dios existe y que la bondad es un rasgo de su perfección, por tanto si Dios me ha dotado de sentidos para conocer el mundo, esos sentidos deben ser fiables para conocerlo. Luego, gracias a la bondad de Dios, puedo establecer que el mundo existe y que su rasgo peculiar, frente a la res cogitans del yo, es poseer extensión (res extensa).
La materia de que está formada en universo físico es una materia en el espacio y en el tiempo, pero que carece de pensamiento según vemos. La materia se mueve por leyes mecánicas y estables, por tanto, el universo, y con él el cuerpo humano, es una enorme maquinaria que se mueve mecánicamente. Esta idea del universo como una maquinaria ordenada influirá en el mecanicismo científico del siglo XVIII y es aún mantenida por cierto cientificismo ingenuo en nuestros días.
El hombre como ser pensante es una res cogitans, pero al poseer cuerpo, también es una res extensa. Sin embargo, cuerpo y alma son sustancias radicalmente diferentes, mientras que en los cuerpos existen leyes rígidas que los mueven, el alma humana posee libertad. Por esto podemos concluir que solo el hombre es libre, mientras que los animales son meros autómatas.
El problema de como el alma y el cuerpo pueden interactuar siendo realidades tan radicalmente distintas será una cuestión que ocupe al padre de la filosofía moderna, así como a sus sucesores como Malebranche o Leibniz.
Este trabajo pertenece a «Apuntes para superar el examen PAEG en Castilla – La Mancha».
Que buena tesis y claridad de expresión .
Agradezco a su autor