El soma
0Abrázame hasta embriagarme de amor,
bésame hasta dejarme en coma;
abrázame, amor, arrímate a mí;
el amor es tan bueno como el soma
Aldous Huxley; Un mundo feliz; capítulo IX.
En la obra distópica de Aldous Huxley “Un mundo feliz” el soma es una droga de uso cotidiano en la sociedad retratada por el autor anarquista inglés. No tiene efectos secundarios y no solo es legal, sino que el mismo orden social potencia el consumo de esta sustancia. El soma se puede tomar en tabletas de gramos (de medio gramo, gramo, tres gramos…) y suele estar mezclada con algunos alimentos. Sus efectos son una felicidad y placidez infinitos y el olvido absoluto de cualquier sentimiento melancólico o de frustración; por algunos indicios de la novela podemos intuir que la droga potencia también la agudeza de los sentidos, por ejemplo los personajes toman soma para acentuar las sensaciones que experimentan en el sensorama. Aunque, irónicamente, Huxley se convertiría en uno de los pioneros del uso de sustancias psicoactivas en occidente y autor del libro “Las puertas de la percepción”, obra de referencia para el movimiento psicodélico y que inspiró el nombre del grupo “The Doors”, en la obra “Un mundo feliz” el uso del soma se presenta como algo negativo, como una huida de la realidad del hombre. La frustración y el dolor, parece querer decirnos Huxley, forman parte de la naturaleza humana, renunciar a ello, es renunciar a lo que somos.
Aunque desde hace tiempo me he declarado defensor de la experimentación con drogas, en general, y con sustancias psicoactivas, en particular, he de reconocer que el análisis de Huxley y su crítica a la descontextualización de sustancias enteógenas es acertado. Más allá de que la opción personal de cada cual sea no drogarse, drogarse siempre o drogarse a veces, y como opción personal todas me merezcan el mismo respeto; más allá de eso, digo, considero que la banalización del consumo de sustancias visionarias desvirtúa su uso, su efecto y sus potencialidades como expandidoras de conciencia. En la mayoría de las culturas indígenas la sustancia psicoactiva es consumida en el contexto del ritual y no como un mero divertimento diario, este uso de las drogas me parece el más sensato y más enriquecedor y por ello coincido con Huxley. Las sustancias enteógenas pueden ser una puerta a otro mundo pero también pueden ser una escusa para el embrutecimiento.
Como curiosidad decir que el soma existió en realidad, era una sustancia extraída de una planta no identificada y que se utilizaba en las celebraciones védicas en la India. No se sabe con exactitud sus efectos pero por el contexto de uso de la palabra parece que podemos inferir con cierta seguridad que era una droga visionaria. Una de las hipótesis es que el soma fuese marihuana índica, a mi me parece una hipótesis atractiva pero aún no comprobada.
¿Por qué deberíamos correr en busca de un sucedáneo para los deseos juveniles, si los deseos juveniles nunca cejan? ¿Para qué un sucedáneo para las diversiones, si seguimos gozando de las viejas tonterías hasta el último momento? ¿Qué necesidad tenemos de reposo cuando nuestras mentes y nuestros cuerpos siguen deleitándose en la actividad? ¿Qué consuelo necesitamos, puesto que tenemos soma? ¿Para qué buscar algo inamovible, si ya tenemos el orden social?
A. Huxley; Un mundo feliz; cap. XVII