¿Existió alguna vez el matriarcado? Diosas y dioses de la Vieja Europa
15“El panteón refleja una sociedad dominada por la madre. El papel de la mujer no estaba supeditado al del hombre, y mucho de lo creado entre el comienzo del Neolítico y el florecimiento de la civilización minoica fue el resultado de esa estructura, en la que todos los recursos de la naturaleza humana, masculinos y femeninos, se utilizaron al máximo como fuerza creativa.”
Marija Gimbutas; Diosas y dioses de la Vieja Europa; “Conclusión” , de la traducción de Ana Parrondo para la editorial Siruela.
Aunque intuitivamente es fácil entender el significado de la palabra “matriarcado”, etimológicamente “gobierno de las madres”, el abuso ideológico que se ha hecho del término ha dado pie a que hoy en día carezca de una significación clara. Hay dos modos de entender esta palabra, por un lado en sentido estricto como un sistema social en donde las mujeres dominaban a los hombres y eran preeminentes frente a ellos, es decir, una especie de patriarcado a la inversa. La segunda acepción, más laxa, entiende por matriarcado una organización humana en donde los roles hombre y mujer son más igualitarios que en el patriarcado, aún cuando las féminas conservarían cierta primacía no coercitiva sobre los varones.
Mitos como el de las Amazonas son bastante recurrentes en las sociedades androcéntricas. Por ejemplo, los yámanas de Tierra de Fuego creían que hubo un tiempo primordial en donde las mujeres gobernaban sobre los hombres. Igualmente los selk’nam pensaban que en un tiempo anterior las mujeres habían dominado a los hombres con la magia; finalmente estos se rebelaron y mataron a todas sus compañeras adultas (1). Podríamos decir, por tanto, que la idea de una edad en donde las mujeres gobernaban sobre los varones es tan antigua como las sociedades patriarcales mismas; aún cuando estas sociedades míticas no reciben nombre ni se definen con exactitud sus características, bien podrían asimilarse a un matriarcado. De hecho, muchos de los que sostienen que in illo tempore, los grupos humanos se organizaban familiar y colectivamente en torno a las féminas, aducen estos mitos como recuerdo colectivo de aquella sociedad prepatriarcal.
En cualquier caso, el inicio moderno de la teoría matriarcal comenzó en 1861 con la publicación de “El derecho materno” del antropólogo suizo Johann Jakob Bachofen (1). Según este autor en un principio las tribus nómadas eran matrifocales y matrilineales; es decir, los hijos permanecían con la madre y recibían de ella el nombre; ello era así porque en ese estado de primigenio salvajismo y viviendo en la promiscuidad, ningún varón podía tener certeza de quién era su hijo mientras que toda mujer podía reconocer al suyo por el hecho concreto del parto. El centro de la organización familiar y comunal eran las mujeres como madres, de ahí el término de matriarcado. Bachofen asociaba este tipo de organización social a una etapa salvaje de promiscuidad y carente de instituciones; el matriarcado fue un modo de organización primitivo que quedó superado por el patriarcado.
Durante todo el siglo XIX y principios del XX la visión del matriarcado de Bachofen fue la hegemónica; desde la perspectiva evolucionista el matriarcado era un estadio primitivo y más salvaje que el patriarcado. Con la extensión de la ideología feminista, muchas autoras dieron la vuelta a esta valoración. Ese estadio de nuestra evolución social era presentado como un periodo en donde las relaciones entre géneros era más igualitaria, no existían guerras ni las férreas jerarquías propias de las sociedades patriarcales. La mujer tenía social y simbólicamente un lugar destacado por su carácter de madre, dadora y sostenedora de la vida, lo que llevaba aparejado una religiosidad en donde la importancia de las diosas madres era muy superior a la de los númenes masculinos que solían cumplir el rol de consortes de las divinidades femeninas.
Marija Gimbutas (1922-1994) defendió la existencia de una sociedad matriarcal en el entorno de la Vieja Europa, que abarcaba del Adriático al Egeo y por el norte las orillas occidentales del Mar Negro hasta la cuenca del Danubio. Estas sociedades estuvieron vigentes desde el 7000 al 3500 a.n.e.; los restos arqueológicos encontrados muestran que no establecían ciudades amurallad y que era preeminente el culto a diosas femeninas. Tampoco se han encontrado restos en los asentamientos de armas o representaciones bélicas, lo que llevó a Gimbutas a afirmar que eran sociedades pacíficas de agricultores-ganaderos en donde reinaba de facto la igualdad de género. Estas sociedades que estaban vertebradas simbólicamente por lo femenino, en la forma de diversas diosas, fue destruida por las culturas de los kurganes, protoindoeuropeas de corte belicista y patriarcal. El último vestigio conocido de esta cultura matriarcal de la Vieja Europa serían los minoicos de los que se nos han conservado asentamientos más modernos que vienen a reflejar una sociedad parecida a la descrita por Gimbutas. Finalmente, este postrero reducto del matriarcado primigenio fue destruido por desastres naturales e invasiones foráneas circa 1450-1350 a.n.e.
“El matriarcado es reemplazado entonces por el mundo patriarcal, con su diferente simbolismo y sus valores. Este mundo masculino es el de los indoeuropeos, y no se desarrolló en la Vieja Europa, sino que le fue acumulado.”
[…]
“La más antigua civilización europea fue salvajemente destruida por el elemento patriarcal y nunca se recuperó, pero su legado persistió en el sustrato que alimentó posteriores desarrollos culturales europeos. Las creaciones de la Vieja Europa no se perdieron; transformadas enriquecieron enormemente la psique europea.”
Gimbutas, loc. cit
La hipótesis de un matriarcado en la Vieja Europa no es universalmente aceptada por los prehistoriadores; aunque se admite tanto la existencia de un culto a diosas madres en el entorno geográfico de la Vieja Europa, como la importancia de la mujer en el arte y sociedad minoica, algunos autores dudan de que durante tantos milenios como propone Gimbutas se mantuvieran culturas matriarcales no belicistas y proponen otras interpretaciones a los hallazgos arqueológicos.
Pero entonces, ¿existieron o no sociedades matriarcales? Las pruebas y restos arqueológicos presentados hasta ahora no son concluyentes aunque inclinan la balanza claramente hacia la idea de que, efectivamente, han existido sociedades en donde la diferencia de género no era tan acusada como en las civilizaciones patriarcales y en las que la mujer – la diosa – lo femenino ocupaba la centralidad social y simbólica. Pero lo que nos lleva, definitivamente, a aceptar que el matriarcado es una realidad histórica no son las investigaciones sobre el pasado sino la existencia, a día de hoy, de sociedades matriarcales en serio peligro de ser absorbidas por el fenómeno globalizador. Existe un reparto de los roles de género diferente a la que las sociedades patriarcales entienden como normal en diversos lugares de nuestro planeta como las islas Bijagós de Guinea Bissau, o en la China de los Mosuo. Sobre este último pueblo existe, además de numerosa bibliografía, un revelador documental traducido al español.
Tierra de Mujeres – La Unión Libre from Gines Cutillas Ruiz on Vimeo.
Los Mosuos son algo así como un fósil histórico en el mundo actual; una sociedad que mantiene tradiciones y modos de vida que debieron estar mucho más extendidos en el pasado remoto. Un buen ejemplo de lo que Gimbutas y otros consideran una sociedad matriarcal (2). Uno de los elementos característicos de las sociedades patriarcales es su preocupación por la paternidad de los recién nacidos. En las sociedades matriarcales tal preocupación no existe ya que los niños se crían en la casa de la madre y es ella y su “gran familia” la encargada de la manutención de la progenie [véase documental anterior] sin necesidad de que existan vínculos matrimoniales entre las parejas. En las culturas patriarcales los niños se crían en casa del padre y no en la de la madre, así que en ellas la cuestión de la paternidad se torna trascendental. Tales culturas solo tienen un medio para garantizar, aunque sea levemente, la paternidad de los hijos: el matrimonio vinculante, el control sobre las mujeres y la represión y criminalización de su sexualidad. Estas sociedades patriarcales ven las costumbres de relaciones libres del matriarcado como ejemplo de promiscuidad y degeneración moral ya que este tipo de conducta sexual imposibilita saber quién es el padre de los hijos. Todos estos rasgos que según los defensores de la hipótesis de un matriarcado primitivo debieron darse en sociedades ginocéntricas se cumplen en la sociedad de los Mosuos, por lo que podemos concluir que el matriarcado no solo ha existido sino que ha pervivido hasta hoy.
Pero, ¿cómo fueron posible este tipo de sociedades no belicistas durante tantos milenios y aún en la actualidad? El motivo principal de la guerra es la escasez de recursos generalmente motivada por un incremento demográfico descontrolado. En el inicio de nuestra historia, cuando existían vastos territorios vírgenes, los diferentes asentamientos humanos podían desarrollarse y crecer sin entrar necesariamente en disputas fronterizas. Pero cuando uno de esos pueblos, ante la falta de recursos materiales, fue capaz de someter a otros gracias al desarrollo de tecnologías bélicas se inició un camino imparable que llevó a la extensión de ese tipo de sociedades guerreras. Una vez iniciada la carrera bélica no se puede parar ya que, basta con que una civilización haga uso de la fuerza a fin de arrebatar los recursos a otros pueblos para que todos sus vecinos se vean obligados a prepararse para el conflicto. Así las sociedades matriarcales pervivieron, y perviven, durante más tiempo cuanto más aisladas se encuentren; tanto la Creta minoica como las islas Bijagós o el inaccesible territorio de los Mosuo tiene en común precisamente contar con un entorno relativamente aislado del resto.
NOTAS:
(1) fuente: El concepto de matriarcado: una revisión crítica.
(2) Realmente la autora intenta no hacer uso del término «matriarcado» por las diversas y equívocas interpretaciones que se han hecho de él. Me he decantado por conservar el término «matriarcado» en aras de la sencillez expositiva.
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Me pareció haber escuchado que las mujeres se referían al amante como sus amores y que ellos las llamaban solo mujeres. Que ellas hablaban de hacerlo libre por sentimiento y ellos por diversión.
En el punto de la libertad y no uso de protección, pensé en los riesgo de enfermedades.
No me quedó claro lo de matriarcado y sexo. No estaría reprentando esta libertad más a un interés masculino?
Y al parecer, algunos sienten la necesidad de construir lazos diferentes.
¿Cómo se realiza la relación padre e hijo en la unión libre?
quizá lo más triste es que se necesita estudiar el desarrollo de la historia de la mujer sin tanto sezgo de género, ni visión feminista. Por es bien curioso, en realidad no lo es, que es un vil reflejo idealizado de la sociedad feminista utópica.
Sobre la ausencia de murallas creo que hay que matizar que las murallas líticas requerían de cierta tecnología, por lo que no aparecen hasta hace relativamente poco (menos de 10.000 años, seguramente). Pero claro que había murallas defensivas antes de esto. No necesariamente por motivos militares sino para evitar el ataque de depredadores. Hoy día en África existen aldeas que siguen rodeándose de murallas de espino para evitar la amenaza de leopardos, leones, hienas, etc. En la Europa infestada de osos, lobos, y grandes felinos es obvio que la gente también quería dormir tranquila por las noches. Obviamente estas defensas de materias orgánicas no han sobrevivido al paso de los milenios y la mayoría seguramente ni siquiera eran estructuras demasiado sólidas ya que hasta que el hombre no se hace sedentario y abandona el nomadismo no se empieza a valorar la durabilidad de las construcciones.
En todo caso, creo que como afirman Donald Brown, Marvin Harris y en general la mayoría de los antropólogos de las últimas décadas, el matriarcado, más allá de algún posible caso anecdótico, y seguramente muy breve en la historia, es un mito. Otra cosa es el matrilineado, que sí parece demostrado y aceptado en muchas latitudes (aunque su hipotética predominancia también es bastante discutida); pero de ahí, de la superstición de la mujer como única dadora de vida y por tanto como poseedora de un poder «sobrenatural» que los hombres no tenían, a la concesión del poder, de la toma de decisiones, va un mundo. No es probable que quienes no eran las cazadoras ni las estrategas hubieran ejercido el poder de decisión definitivo en la tribu.
También es rechazable la idea de un patriarcado absoluto en la prehistoria, que esa mujer considerada creadora de vida no tuviera una valoración y un respeto mayor del que tuvo más adelante.
Por otra parte, aunque esto ya correspondería más al paleolítico cuando los humanos eran menos «cultos» y más «animales», no olvidemos que todos los simios son patriarcales. Nada hace pensar que los primeros humanos pudieran ser diferentes.
Saludos, y espero que sigáis publicando artículos como este que invitan al debate y la reflexión. 😀
como va a ser el matriarcado un mito, si actualmente todavía existen sociedades matriarcales ancestrales? En creta , mientras prevaleció el matriarcado, no en un sentido de patrarcado invertido, sino de inclusión de ambos sexos, respeto y admiración por las mujeres, quienes en realidad somos las dadoras de vida, así como por nuestra madre tierra?
Lee el libro el cáliz y la espada, que está debidamente documentado y sustentado científicamente, y luego platicamos….
Tu ceguera ideológica y tu adoctrinamiento de género no te dejan ver más allá. El comentario de Rocío es totalmente científico, basado en numerosos estudios arqueológicos, antropológicos y genéticos.
Pretender que el período Neolítico europeo, en un espacio tan amplio y en un tiempo tan dilatado, era un remanso de paz, prosperidad y armonía, donde las mujeres estaban situadas en la cúspide social, con políticas «inclusivas» como las contemporáneas, es cuanto menos cuestionable.
Precisamente, fue en el Neolítico cuando empezaron a desarrollarse las desigualdades de clase, basándose en la especialización: unos producían (artesanos, agricultores…), y otros, la minoría, se encargaban de gestionar la producción. Como bien indica Rocío, la ausencia de murallas líticas no implica necesariamente paz, sino que se emplearan otros materiales para su construcción, como la madera u otros materiales orgánicos: un hecho similar al que se dio en la Europa de la Alta Edad Media antes de las invasiones de normandos, sarracenos y magiares, donde las fortificaciones urbanas se perfeccionaron con piedra tras su impacto (antes, apenas eran de madera, y no creo que fuese, aquella época, un ejemplo de paz matriarcal).
Por otra parte, presumir que durante ese período no hubo conflictos entre estas poblaciones por la abundancia de recursos es una absoluta estulticia: ¿acaso no hubo plagas, enfermedades, carestías, sequías, inudaciones de cultivos por la crecida de ríos como el Danubio, incendios, tormentas con granizo que destrozaran las cosechas? Y si eso pasaba, ¿cómo un pueblo entero se iba a alimentar, solo con el comercio, con la compra – venta, en una economía de subsistencia?¿Tan altruista era la sociedad de la época?
Que la religiosidad girara en torno a la mujer, no quiere decir que la autoridad política fuera dirigida por mujeres. La acumulación de grano requería de protección, y el hombre, os guste o no, era el encargado de ello, por su condición física. Que las invasiones protoindoeuropeas tuvieron un enorme impacto demográfico y cultural en Europa no se puede negar, como lo demuestra la genética. Pero ello no implica una lucha entre un pueblo matriarcal/pacífico contra otro patriarcal/guerrero: los protoindoeuropeos trajeron armas más desarrolladas contra las cuales los guerreros del Neolítico poco pudieron hacer, con metales más elaborados y el empleo del carro y el caballo.
En fin, dejemos de guiarnos por lo que nos gustaría que fuese, flaco favor se hace a la investigación.
Buen libro «El Caliz y la Espada»
Me gusta su propuesta
ME ASOMBRAN COMO PUEDEN HABLAR DE LA EPOCA ANTIGUA O PALEOLITICA DE ESA FORMA DECIR QUE ERAN PROMISCUOS, SALVAJES,INCULTOS…NUESTRA CIVILIZACION HA TENIDO SOLO EN EL SIGLO PASADO MAS GENOCIDIOS Y MASACRES Y EN LA ACTUALIDAD LA MUJER ES HUMILLADA Y ASESINADA POR SUS ES PAREJAS SIN QUE EL ESTADO PATRIARCAL HAGA ALGO AL RESPECTO.
ESTAMOS A PUNTO DE ACABAR CON NUESTRO PLANETA Y NOS DAMOS EL PERMISO DE CUESTIONAR A NUESTRO ANTEPASADOS DICIENDO QUE ERAN SALVAJES Y VIVIAN EN LA IGNORANCIA.
NO HEMOS APRENDIDO NADA.SEGUIMOS CREYENDO QUE SOMOS EL CENTRO DEL MUNDO.
totalmente de acuerdo. promiscuos y salvajes somos ahorita, sin respetar al planeta ni sus recursos, con una gran desigualdad en general y de género, cuando por ejemplo en la antigua Creta del minoico, mientras prevaleció el matriarcado, no en un sentido de patriarcado a la inversa , sino más bien, en un sentido de inclusión de ambos sexos , así como la reverencia a la naturaleza ya a la sabiduría y capacidad de crear una nueva vida que teneos las mujeres. En esta sociedad floreció el comercio, y la reverencia y amor por la nasturaleza, la parosperidad y abundancia para todos, y las guerras no eran necesarias, la base del desarrollo era la agricultura, ganadería y comercio…..
EXCELENTE EL VIDEO DE TIERRA DE LAS MUJERES DE GENES CUTILLAS RUIZ.
GRACIAS
IGUAL QUE LA REFERENCIAS DE LA ARQUEOLOGA MARIJA GIMBUTAS.
GRACIAS.
Creta Minoica, no Micénica
Vale, muchas gracias por advertirme del error, ya quedó subsanado
Los yamanas y selknam mantenian el conocimiento ancestral, ellos tenian la creencia de que las mujeres dominaron a los hombres mediante magia y mentiras. Talvez el dar a luz hizo que la mujer tomára conciencia antes que el hombre, dominandolo y subyugandolo a cumplir sus pedidos. Hasta que el hombre desperto y se dio cuenta. Asi se instauro un rencor casi genetico que perdura hasta el dia de hoy. Y al leer a muchas feministas le creo a los selknam. La mujer tiene una capacidad que el hombre a reprimido mediante la fuerza pues el hombre no la tiene.
Muy interesante todo el artículo y también el vídeo. Al final, cuando uno ve el documental le viene a la cabeza una sola palabra: salvajes. Pero este estado salvaje algunos lo quieren revivir como si fuera algo deseable, pues se inventan nuevos palabras como el «poliamor», que nos intentan colar sin demasiada vergüenza. Llama también la atención el que se diga que en esta sociedad «salvaje» se diga que si no hay divorcios, no hay problemas… ¿Y los hijos? Porque está muy bien la imagen de la china agarrada de la mano del chino y yendo en moto sin casco, pero… ¿Por qué no fueron invitados los otros y las otras también para rodar la escena y que la verdadera naturaleza de la relación quedara plasmada con más fidelidad? ¿Por qué no decimos en voz alta que si no utilizan preservativo el número de abortos en esa zona tenía que ser de órdago y que por eso la china entrevistada decía que todo estaba muy guay y que no tenía miedo a los embarazos? Y la pregunta que todavía me zumba en los oídos: ¿Por qué la china se va con el occidental y le pide dejarse de historias de uniones libres y echarse en manos del patriarcado opresivo? Los científicos evolucionistas nos dicen que la forma de garfio de los penes tiene el objeto de sacar el semen de posibles rivales del interior de la vagina de las hembras. Pues ya está: yo no tengo por qué mantener los hijos de otro. A fuerza de generaciones los hombres, que al parecer éramos bastante bobalicones en esto, nos fuimos espabilando. Además, el que sean cuatro gatosen esta demuestra a las claras que no es el mejor sistema para mantener a la especie. Esa tradición es un suicidio, por muy mosua que sea esta utopía del sexo sin compromiso. Por cierto, ¿qué tasa de natalidad tenemos actualmente en España? Pues eso.,.
Me gustó mucho este articulo porque nos informa sobre que es el matriarcados más a profundidad, porque como tal es un término que muchas personas conocen pero lo que representa va más allá de lo que podemos deducir a simple vista, «matriarcado» significa «gobierno de las madres» y le podemos dar dos significados muy importantes que son la lucha por la igualdad de género o la superioridad del género femenino, se diferencia del patriarcado ya que en este último existe la preocupación por la paternidad y en el matriarcado esa preocupación no existe porque los niños se crían en la casa de la madre sin necesidad de que existan vínculos amoroso, hasta el día de hoy es un movimiento que sigue persistiendo pero considero que lo mejor es la equidad de género y no la superioridad.