Tolerancia y derecho a morir dignamente: el caso de Eluana Englaro
0Este pasado lunes terminó la agonía de 17 años de Eluana Englaro. El derecho a la eutanasia o a decidir sobre la continuidad o no de nuestra propia vida es uno de los últimos derechos que los estados y religiones pretenden seguir hurtándonos a los ciudadanos. La lucha por los derechos individuales ha sido larga y parece que los que se negaron a devolvernos la libertad de culto, la libertad de expresión, la libertad de asociación o la libertad sexual ahora se niegan a concedernos la libertad sobre nuestra propia vida.
No voy a hablar sobre el gobierno italiano y su patético circo para aprobar leyes “ad hoc” para el caso de Eluana, la altura moral del demagogo Silvio es de todos conocida y no merece que nos detengamos en ello. Sin embargo, sí me parece que merece mi atención la actitud cerril y cavernaria de la Madre Iglesia.
Para empezar me resulta irónico que una organización que ha estado quemando a gente viva por su orientación sexual, ideas religiosas o sufrir ataques epilécticos hace prácticamente dos días se erija ahora como “defensora de la vida”. Pero bueno, yo sí soy tolerante y entiendo que las personas cambian y que los lobos de ayer pueden ser los corderos de hoy. Yo sí soy tolerante y aunque cuando la Iglesia tenía la sartén por el mango alguien como yo hubiese ido a las mazmorras de la Inquisición, previa sesión de torturas, no quiero que la Iglesia se oculte o tema expresar su opinión. Ya digo, hubo un tiempo en donde la gente no podía expresar su opinión porque acababa en la hoguera y nadie quiere que eso vuelva suceder… bueno, o quizás sí hay gente que lo quiera pero que de verdad que yo no. De verdad de la buena.
Ya la Iglesia mostró en 2006 su amor (Dios es Amor©, recuerda) a los que sufren cuando se opuso a que una niña de 10 años violada abortase. Y yo les entiendo, si los monaguillos a los ocho años ya son objeto de deseo sexual de algún que otro “hombre de Dios” no es de extrañar que la Madre Iglesia considere que una niña de 10 años ya es toda una mujer y que si no quiere dar a luz que no hubiese ido provocando al violador. En fin, que la jerarquía de la Iglesia ya mostró todo lo que tenía que mostrar en el 2006 en este caso así que no entiendo la extrañeza y escándalo que ha despertado en algunos su postura con el caso de Eluana. Esta gente, que hace dos telediarios perseguían a «sodomitas» y pecadores varios, ahora solo piden que niñas violadas paran y que familias destrozadas con una hija vegetal sigan sufriendo “hasta que Dios quiera llevarse a Eluana”… bien visto hasta podemos decir que han avanzado algo.
Y en este punto, quiero dejar claro algo a la Madre Iglesia y a sus siervos desde aquí, sin resentimiento ni odio pero sí con claridad. Si eres una mujer que vas a escuchar misa celebrada siempre por un hombre porque las mujeres no habéis sido elegidas por Dios para tan alto magisterio, te mereces mi respeto. Si te quieres morir entre horribles dolores porque tu Dios sádico dice que eso es lo que tienes que hacer, mereces todo mi respeto. O si crees que tu Dios es tan psicópata como para crear algo tan divertido como el sexo para después considerarlo un pecado asqueroso que te lleva de cabeza a una cámara de torturas que ya quisiera el marqués de Sade, también te respetaré. No te comprendo pero te respeto. Ahora bien, creo que la sociedad civil te puede pedir una cosita a cambio: respeta tu también a los que piensan diferente. Si quieres morir entre dolores, todo tuyo, yo no te lo voy a impedir, pero déjame a mí decidir como vivir o como morir. Si crees que el sexo es malo me parece perfecto pero por favor, no me digas a mí como tengo que organizar mi vida sexual. No me lo digas porque no tienes derecho.
Si tengo un terrible accidente y quedo en estado vegetal quiero que la decisión sobre mi propia vida dependa de mi y no de alguien que cree que es mejor pillar el SIDA que utilizar preservativos. Solo se os exige respeto y tolerancia, pues cada día somos más los que no creemos en los dictados de Su Santidad; nunca se me verá empuñar una antorcha en contra de tal o cual religión, mientras no ponga en riego la paz social pero tampoco voy a tolerar que nadie se entrometa en mi vida, que me obligue a vivir como su dios le dicta… no lo voy a consentir.
La tolerancia es algo fácil de entender y cuando le coges el tranquillo tiene su punto; la idea es: “deja a cada uno decidir por sí mismo mientras sus decisiones no generen sufrimiento directo a las personas de su alrededor” o como decimos aquí en España “vive y deja vivir”. Por favor si solo me afectan a mi, tolera y respeta mis decisiones aunque sigas creyendo que tu Dios me vaya a enviar derecho al infierno… eso y que los Reyes Magos me traigan carbón son riesgos que me permito asumir. El respeto y la tolerancia es algo recíproco y creo que hay muchos que no cumplen con tu parte del trato, la sociedad civil ha demostrado mucha paciencia, pero también puede llevar el día en que la perdamos. Vamos a llevarnos bien.