I. 5 – La autoridad del educador como enseñante y como maestro
0El hecho, generalmente asumido como inexcusable, de que la autoridad del docente se base a priori, en la legalidad y, quizás, posteriormente en la idoneidad, como me gusta pensar que ocurre en la mayoría de los casos, no debe impedir que constatemos que este modo de legitimación de la autoridad del educador es un hecho relativamente reciente. O al menos, es reciente la extensión de este modelo como “normal”.
Si conocemos y observamos la historia de la educación, comprobaremos que este modo de sustentar la autoridad del docente en la legalidad aprobada por el estado, es un modelo típicamente heredado de la sociedad industrial del XIX y que se desarrolló durante el siglo XX por buena parte del planeta. Pues, aunque este modelo ha existido con anterioridad, siempre existió conviviendo con otro modelo perfectamente ejemplificado en la figura del “magister”.
Durante siglos en la Grecia y Roma antigua, en la Europa del Renacimiento o la Ilustración, y en otros periodos históricos y contextos humanos, el magister basaba su autoridad en su conocimiento o habilidad y no en la superación de una serie de pruebas establecidas y evaluadas por el estado. Durante el siglo XIX, la necesidad de preparar a amplias capas de la población para que pasasen a formar parte del sistema de producción en serie, entre otros motivos, propició el actual sistema de educación estandarizada. Los profesores y maestros adquieren hoy su cargo, responsabilidad y autoridad gracias a procesos selectivos más o menos racionales, pero no por el reconocimiento directo de los alumnos o de los padres. Muchos de los funcionarios de la educación adquieren, de eso tenemos experiencia casi todos, en la relación con los alumnos esa autoridad del magister, pero, como dije al principio de este artículo, se adquiere posteriormente y no siempre.
Cuando hablo de magister no hablo solo de Platón o Sócrates u otra figura lejana en el tiempo o en el espacio. La figura del magister ha sido más anónima de lo que solemos pensar, suele ser habitual que alguien recuerde con especial respeto a un profesor o maestro y esa persona no tenga ninguna notoriedad pública. Pienso, cuando hablo del magister, también en los maestros artesanos que durante siglos han formado parte de todas las sociedades que conozco. Igualmente son magister aquellos que con su capacidad, humanidad y tesón enseña una actividad artística, deportiva, etc.
Entonces ¿por qué este modelo de autoridad pedagógica no puede ser extrapolado al ámbito de la educación de masas? Encuentro tres razones fundamentales. La primera es que en la actual sociedad de masas, es difícil que los padres o el hijo conozcan de primera mano a un magister apropiado a los intereses del alumno concreto. Vivimos encerrados en nuestras agobiantes colmenas urbanas y los conocimientos están extraordinariamente diversificados, así es difícil encontrar el magister idóneo para la vocación del alumno. De hecho, el encontrar un verdadero maestro es hoy, por lo general, algo fortuito y rara vez planificado, al menos cuando hablamos de las enseñanzas consideradas “fundamentales” para el menor.
La segunda razón es que el valor de la educación en sí misma es algo relativamente reciente para amplias capas de la población, tanto es así que muchos dudan del valor moral de la educación y la consideran un mero instrumento para subir en la escala social. La búsqueda de un magister requiere tiempo, atención y voluntad por parte de los padres y de los alumnos, cuando el estado nos da, en apariencia, todo ese trabajo hecho y cuando muchos no aprecian la educación en su valor intrínseco, es difícil que nos tomemos la molestia de buscar el mejor educador disponible para nosotros o nuestros hijos. Hoy, tristemente, la masa lleva a sus hijos a los institutos y colegios de “más postín” creyendo que así cumplen con su deber; preguntad a esos padres tan preocupados por llevar a sus vástagos a centros de “renombre” (renombre, a veces y lo sé por experiencia directa, tan mal atribuido) cual es la media de la nota PAEG en selectividad de los alumnos que acuden a tales centros y si uno de cada cincuenta te puede responder aunque sea aproximadamente, estarás de suerte. A esta desidia se une que la búsqueda del magister se hace dentro de un sistema estandarizado, sistema que en recursos humanos, materiales y formativos, no satisface las demandas de todos, por ser, precisamente, un sistema estandarizado.
En tercer y último lugar, el sistema del “maestrazgo” es inaplicable en la educación capitalista porque se basa en el valor radical del conocimiento y la habilidad y no en su instrumentalización. La virtud se aprende aprendiendo: los límites, las frustraciones, el rechazo del “camino fácil”, el esfuerzo y, sobre todas las cosas, el placer por el saber, son sentimientos que paulatinamente forjan la mentalidad del niño y del adulto inmerso en la búsqueda del conocimiento. En una sociedad en donde la mediocridad moral e intelectual están establecidas como paradigmas cívicos para beneficios de algunos listos (que no inteligentes) ¿qué interés puede haber por parte de la ideología dominante de imponer un sistema educativo en donde, independientemente de sus habilidades, gustos o capacidades, los alumnos sean tratados con igualdad y atención? El capitalismo, necesita personalidades débiles y que asuman su rol pasivo dentro de la sociedad ¿qué mejor manera que conseguirlo que parcelando la excelencia, despreciando a aquellos con habilidades que no son “útiles” e implementando la obediencia a la autoridad funcionarial? El magister enseña en libertad ¿es que de otro modo puede nacer en el alumno el amor al saber y el respeto a su maestro?; por contra, el funcionario educativo ha sido transformado, por intereses inconfesables, en una figura poco grata, mezcla imposible entre carcelero y educador. De ese modo, el actual sistema educativo funcionarial satisface los intereses de los poderosos, la pregunta que me hago ahora es ¿satisface también los intereses de los alumnos, de los padres, de los docentes y de la sociedad del conocimiento?