La burbuja energética: España caminando hacia el abismo, una vez más
0Es relativamente fácil percatarse de la irracionalidad que alentó la burbuja inmobiliaria en el estado español cuando se analiza desde la perspectiva que nos da el paso del tiempo. La mayoría, por no decir todas, las burbujas económicas que la humanidad ha sufrido se basaban en la idea de que el producto o servicio objeto de especulación nunca iba a bajar de precio. La opinión que se fue extendiendo entre la población según la cual la vivienda nunca bajaría de precio fomentó la construcción excesiva y que, al final, el mercado no pudiera absorber el stock de viviendas; consecuencia de lo anterior fue una fuerte devaluación de la vivienda que aún no ha tocado fondo. Tal burbuja también estaba propiciada por cajas y entidades bancarias que establecieron alianzas con los políticos para sostener el engaño y su enriquecimiento irregular. Vimos, con indiferencia, que esos mismos bancos que ofrecían hipotecas para comprar pisos sobrevalorados admitían en sus consejos de administración a políticos, sindicalistas, empresarios o miembros de grupos de presión que eran absolutos ignorantes sobre asuntos económicos. Tal connivencia ha permitido que los banqueros causantes de la crisis hayan salido de rositas e, incluso, con jugosas indemnizaciones de todo este embrollo mientras que sus bancos eran rescatados con el dinero y esfuerzo de todos los ciudadanos.
Es fácil, como dije, ver la dimensión y la estrategia que siguieron los especuladores para enriquecerse ilícitamente con un bien básico como la vivienda. Lo terrible del caso es que la sociedad española parece no haber aprendido la lección y permite impasible que ante sus narices se geste otra burbuja que acabará como la anterior: enriqueciendo más a los poderosos y empobreciéndonos a todos.
Efectivamente, la estrategia de fichar a algún funcionario de partido para comprar inmunidad ante la ley fue seguida exitosamente ayer por la banca y hoy es la táctica de las empresas energéticas internacionales que persiguen el mismo fin: diseñar leyes a medida de sus intereses particulares, asegurarse de su impunidad ante los tribunales de competencia y enriquecerse a costa del sufrimiento de la mayor parte de la sociedad.
El incremento en el precio de la vivienda durante la burbuja inmobiliaria es sustituido, en la actual burbuja energética, por el incremento desmedido de la factura eléctrica que padecemos los ciudadanos y las empresas. De igual modo que el incremento del precio de la vivienda llevó a que muchas personas no pudieran, ni puedan aún hoy, acceder a un bien tan necesario como un hogar; el incremento de la factura energética está abocando a que muchos ciudadanos no puedan pagar los recibos de la luz. Como se da por hecho que el precio de la energía no hará más que subir en los próximos años, cabe pensar que la sociedad española solo se movilizará y tomará conciencia de esta nueva burbuja cuando el incremento del precio sea tal que una parte importante de la población no pueda acceder a la energía; cuando esto ocurra ya será demasiado tarde y los hombres de negocios impunes buscarán otra necesidad básica sobre la que especular, esa parece la única manera de generar crecimiento en este país para estos grandes hombres.
Como ni especuladores ni políticos se caracterizan, precisamente, por sus escrúpulos podemos pensar que el impacto de esta política energética tendrá, tarde o temprano, sobre el grueso de la población les importa más bien poco. De tal modo nos imponen una política energética irracional y suicida, toda vez que convierte a nuestra sociedad en dependiente de recursos naturales, como el petróleo, que no poseemos, que cada vez escasean más y que, por tanto, no pueden hacer más que encarecerse. ¿Qué consecuencias puede tener para nuestra economía depender energéticamente de un recurso natural cada vez más exiguo? ¿Cómo influirá esto en el futuro de nuestro bienestar económico? ¿Cuántos ciudadanos tendrán que quedarse sin luz y calefacción para que nos demos cuenta que la burbuja energética nos afecta a todos?
Cualquiera que esté mínimamente informado sobre la evolución de los sistemas de producción de energía durante los últimos años, comprenderá que los monopolios energéticos están avocados a desaparecer tarde o temprano. Paulatinamente se va instaurando un sistema energético en donde se diversifican tanto las fuentes de energía como los productores, llegándose a desdibujar la distinción entre consumidor y productor de energía. Una sociedad que organiza su sistema de generación energética de una manera menos centralizada y más reticular es una sociedad fortalecida frente a la especulación y más independiente energéticamente; esto es precisamente lo que los monopolios energéticos y sus aliados políticos intentarán evitar o retrasar por todos los medios sin importarles hasta que punto tal actitud suponga un freno para nuestro desarrollo.
Por todo lo anterior es ridículo hablar de “recuperación económica” en el estado español. Puede haber un descanso en el saqueo, pero no durará mucho mientras que la ciudadanía consienta que los mismos especuladores y políticos que generaron la actual crisis, sigan campando a sus anchas, destruyendo nuestro futuro y vampirizando a nuestra sociedad.
para leer más sobre el tema: