Manifiesto PUTA
4Especialmente interesante es el siguiente decálogo que la autora plantea en la obra:
“1- El sexo es placer y hemos decidido que nos gusta hacerlo cuando queremos y como queremos. Como dijo Olympe de Gouges el cuerpo de una mujer le pertenece a ella y solo a ella. A nosotras nos pertenece y lo utilizamos para nuestro placer y como nos da la gana.
2- El dinero nos enriquece y nos hace más libres que cuando somos pobres. El sexo y el dinero son dos bienes vetados a las mujeres. Nosotras no respetamos vetos de género. Nos gusta el sexo y el dinero y nuestro cuerpo nos pertenece como dijo Olympe de Gouges.
3- Porque es más sano cobrar por sexo al patriarcado que regalar tu cuerpo y que encima te consideren puta. Nosotras somos putas, nos gusta y nos da la gana ser putas, y no aceptamos el estigma ni las persecuciones de género. Las gratuitas tienen un millón de problemas, pues les han dicho que puta = mala y se lo han creído como tontas.
4- Porque al contrario que muchas putas gratuitas que regalan su cuerpo al patriarcado, nosotras no pedimos que las corran a palos a ellas o sus clientes, que se ahorran la cuota. Y eso que nos quitan trabajo con esa competencia desleal. Sin embargo, sabemos que la mayoría de putas gratuitas aprecia a sus hermanas remuneradas. A pesar de la mala imagen de misoginia que dan esa minoría de putas gratuitas que odian a las que cobramos y que conspiran a nuestra espalda como Judas Iscariote, nosotras, al contrario que ellas, somos tolerantes y no pediremos que las persigan como ratas miserables.
5- Cobrar por sexo despierta envidia de mucha mujer machista con el síndrome de Bernarda Alba. Solo por joder al machismo femenino de tanta talibana merece la pena cobrar, pagar o disponer de tu cuerpo para tu beneficio. Como dijo Olympe de Gouges el cuerpo de una mujer le pertenece a ella nada más. Nosotras sabemos que hacer con él, y a quien le moleste que se joooodaaaa.
6- Porque las mujeres listas le sacan la pasta al patriarcado hasta por dar los buenos días. Si nos pagan es porque lo merecemos. Sino fuera así no nos quedaría más remedio que regalar nuestros cuerpos para la cosificación gratuita como leeeerdaaasss. Tenemos derecho a ser unas lerdas, pero no a todas nos apetece.
7- Porque la reinserción de putas suele ser una estafa patriarcal que a quien beneficia es a esas parásitas abolicionistas que han hecho del género su fuente de ingresos de las subvenciones. El dinero de las subvenciones: para pobres y necesitados; no para ricas estereotipadas que odian a otras mujeres que no son tan sectarias y previsibles como ellas. Nosotras no nos reinsertaremos para ser unas pusilánimes patriarcales y chorizas que viven a costa del dinero destinado a hacer justicia social.
8- Porque el mundo ha estado lleno de “feministas de la dignidad”que han abolido de forma tiránica la sexualidad femenina y el puterío. Franco, por ejemplo. Por eso las bernardas son beligerantes con las putas, al fin y al cabo, son un producto patriarcal. El triunfo del machismo. Para qué queremos que nos persigan los nazis, fachas, religiosos y otros degenerados, si ya tenemos a sus mujeres haciendo el trabajo sucio y encima llevándose el dinero destinado a los necesitados.
9- Porque mucha abolicionista es bollera reprimida que odia la heterosexualidad de sus colegas de género. Las putas también somos bolleras y libres, no como estas cagabandurrias reprimidas que necesitan agujeros donde esconderse como cucarachas cuando ven algo de luz. Putas lesbianas, fuera del armario: Enseñemos a las cagabandurrias el camino de la luz y el respeto a la pluralidad sexual femenina.
Y 10- Porque no hay nada más bonito ni más libre que el derecho a decidir, conquista histórica aún no lograda para la mujer. El patriarcado ha elaborado mil leyes proteccionistas destinadas a decidir por nosotras y nos han dado por el culo durante siglos. No aceptaremos políticas vaginistas de ninguna Judas Iscariote destinadas a mimetizar las persecuciones patriarcales.
Como dijo Olympe de Gouges el cuerpo de una mujer pertenece a ella exclusivamente. Ni a otros hombres, ni a otras mujeres.”
Firmado
Bea Espejo
Autora de Manifiesto Puta e integrante del movimiento de putastransmaricasbollerasnegras
El manifiesto no es interesante tanto por lo que dice sino por como lo dice. A través del manifiesto se intenta desarticular toda una trama ideológica patriarcal que tiene en el estigma a la puta una de sus manifestaciones más crudas. La idea central del texto según la cual uno libremente puede follar con quien quiera, cuando quiera y en la circunstancia que quiera sin tener que rendir cuentas a nadie me parece incontrovertible para cualquier persona de mente abierta; más que plasmar esta idea, tan obvia y tan asumida por gran parte de la población, el manifiesto parece querer gritar un ¡ya basta! a la sociedad hipócrita que considera admirable que alguien suba peldaños en la política a costa de la más rastrera sumisión a sus gerifaltes, a costa de renunciar a cualquier ideología comprometida y a costa del sudor de todos los ciudadanos, pero estigmatiza a la mujer que se abre de piernas porque le da la gana a cambio de dinero sin joderle la vida a nadie. Muy afilado y certero es el retrato que hace Espejo de las “feministas de la dignidad” que se autoproclaman portavoces de todas las mujeres; antes eran los machos los que hablaban por ellas, ahora las feministas mamporreras a sueldo (y a muy buen sueldo, por cierto) del patriarcado.
Y ahora llegan las aclaraciones de rigor que por reiteradas ya aburren. Nadie considera válida la prostitución hasta una edad en donde la persona sea capaz de tomar sus propias decisiones con total conocimiento; nadie considera que sea legítimo explotar a la prostituta ni maltratarla; todos deseamos que si alguien decide prostituirse lo haga por decisión personal y no por no tener otra salida económica; y así un larguísimo etcétera. Lo que defiende el manifiesto es la libertad de la mujer o el hombre a ejercer el trabajo que quiera con seguridad y respeto; nadie defiende a las mafias ni el maltrato a la mujer, pero precisamente, la prohibición de la prostitución que defienden algunas feministas llevaría a la prostitución a una clandestinidad aún mayor que la actual, campo abonado para que las mafias florezcan a sus anchas ¿O es que alguien cree que prohibiendo la prostitución se hará desaparecer? ¿Y si se consiguiese qué sentido tendría hacer desaparecer un vínculo comercial entre dos personas autónomas y responsables de sus actos?
Muchas mujeres se ven obligadas a prostituirse por la pobreza de la misma manera que muchos hombres se ven obligados a emigrar por la pobreza; ambos son casos dramáticos, pero el camino a seguir no es prohibir la prostitución ni la emigración sino erradicar la pobreza para que así se prostituya y emigre quien quiera. Pero luchar contra la pobreza y contra el sistema social que la perpetúa parece que no concede subvenciones del Instituto de la Mujer.
El texto de Beatriz Espejo me ha sugerido varias reflexiones y la primera ha sido plantearme como se ha construido socialmente el arquetipo de la puta en la sociedad occidental. En Grecia las “heteras” y en Roma las cortesanas eran putas “finas” que gozaban de cierta consideración social. En la Comedia de Plauto es normal que un cliente de una de estas cortesanas se enamorase de ella y quisiera huir con ella, sin que su profesión de puta suponga un impedimento o una mancha para la cortesana. Es el moralismo infecto que rezuma de la religión judía el que envenenó la sexualidad y así estigmatizó a la puta (auténtica revolucionaria sexual) a la que desde entonces el hombre “salva” de la “mala vida” y la reintegra en el patriarcado a través del matrimonio, pero ya no se ama a la puta tal cual, en tanto puta, sino en tanto mujer rescatada. La puta rescatada representa para el patriarcado un arquetipo muy valioso: es la mujer eterna menor de edad que necesita de un hombre (padre) que la cuide y la proteja en plan María Magdalena. Sería interesante hacer una historia de la prostitución dejando al desnudo los prejuicios masculino sobre la mujer libre.
Asumimos, por muy cerrados de mollera que seamos, que es peor ser asesina o envenenadora que ser puta ¿entonces por qué el insulto más recurrente y denigrante para la mujer es el ser calificada como puta? Porque el patriarcado, como cualquier sistema de creencias, condensa en algunos conceptos sus miedos, sus desprecios y sus esperanzas; la puta y el maricón son, es fácil de entenderlo, las dos figuras que imperturbablemente han plantado cara al concepto patriarcal de la mujer y del hombre “como Dios manda” respectivamente.
Hola excelente texto estoy de acuerdo con lo expresado,saben por que suceden estas cosas; es porque vivimos en una sociedad tan radical y distorcionada.y quienes no tiene una mente abierta a la realidad no saben que se pierden en una cueva sin salida.
si llevas razon sois todas unas sagradas ****s.
manifiesto ****
es mejor sentirse bien con lo que haces y dejarse de puritanismos pendejos porque cuando te mueres te arrepientes de no haber sido realista en tu vida
me gusta cuantas mas ****s mas suerte voy a tener con las minas y dios sabe que tube bastantes deberia haber igualdad total en la humanidad osea el 15 por cien de los machos tenemos derecho a tenerlo todo en virtud de nuestras inteligencia altamente superior el resto seria eliminado y reemplazados por robots esclavos las mujeres de 16 a 50 serian repartidas entre la elite filosofica politica al mando de la civilizacion nueva en una palabra nazi comunismo capitalista productivo una humanidad aria perfecta gobernada por intelectuales de verdad