«Mary & Max», infancia y síndrome de Asperger
0La película de Adam Elliot “Mary & Max” (2009) trata sobre la relación epistolar entre Mary, una niña australiana, y Max, un obeso neoyorquino que ha sobrepasado los cuarenta años. Rodada en stop motion el largometraje nos narra la infeliz infancia de Mary que sufre rechazo social en su entorno y la falta de afecto de sus familiares; su soledad le lleva a querer tener un amigo y por ello elige un nombre al azar de la lista postal de Nueva York. El neoyorquino elegido resulta ser Max, un adulto solitario y socialmente aprensivo, que intentará responder a las incómodas preguntas de la niña y conservar su amistad. Tras años de relación epistolar, el psiquiatra de Max le diagnostica “síndrome de Asperger” y este se lo comunica a su amiga subrayando lo desagradable que le resulta ser tratado como un discapacitado que deba ser rehabilitado. En un momento de la película Max dice que ser “curado” del síndrome de Asperger sería tanto como pretender cambiarle el color de los ojos. A pesar de ello, con el paso de los años Mary decide hacerse psicóloga y tras terminar sus estudios le envía a Max su trabajo de final de carrera que trata sobre el síndrome de Asperger y se basa, parcialmente, en su relación epistolar. Max, sintiéndose despreciado y dolido, rompe su relación con Mary.
La película tiene la rara habilidad de hacernos reír al mismo tiempo que nos muestra unos ambientes melancólicos y agobiantes. La ingenuidad de sus protagonistas provoca equívocos y situaciones cómicas en una narración que consideraríamos más propensa al drama. El papel de claro protagonistas de ambos amigos permite profundizar en sus psicologías y motivaciones. Sus personajes son caricaturas por eso pueden tratar con tanta franqueza del sufrimiento que en niños y adultos puede generar un entorno social hostil. De cómo superar esa hostilidad y encontrar nuestro lugar en el mundo también trata este genial largometraje de Adam Elliot.