Modelos de legitimación de la violencia
12Casi todos los intentos de definir lo que es y no es un acto terrorista caen en el error de trazar la línea definitoria en los fines perseguidos por los actos violentos: si los fines son buenos el acto violento es un acto de rebelión; si son malos, un acto terrorista. Sin importar ahora la casuística ni las argumentaciones que usemos para concluir quienes son los buenos y quienes los malos, se comprende rápidamente que esas calificaciones están fuertemente influenciadas por las perspectivas políticas e históricas de cada cual. En este artículo, más allá de consideraciones sobre el contexto sociohistórico de las respectivas luchas armadas, intentaré presentar varios modelos de legitimación de la violencia que se atengan a dos parámetros más o menos objetivables como son: en primer lugar, hacia quién considera el grupo armado que es legítimo el uso de la violencia; y, en segundo lugar, que importancia da el grupo armado a la posibilidad de ocasionar víctimas neutrales o propias cuando se planean los actos de violencia.
Con estos dos parámetros nos sale un número limitado de modelos de legitimación de la violencia en los que caben tanto los grupos e individuos armados, sean considerados terroristas o no, como los Estados considerados legítimos o ilegítimos.
Primer parámetro: ¿Cuales son los blancos de los actos violentos?
He organizado los modelos de legitimación de la violencia bajo este primer parámetro de menor a mayor. Los primeros modelos tendrán unos objetivos más limitados y más alejados de la sociedad civil, los últimos conceptualizarán como enemigos sobre los que cabe el uso de la violencia a un grupo social heterogéneo sin distinciones entre civiles, militares, políticos, simpatizantes, etc.
En todos los modelos de legitimación, excepto en los modelos cero y alfa, cuando hablo de violencia me referiré a la violencia encaminada a la eliminación física o moral de los adversarios ya sea mediante la tortura, el encarcelamiento o la muerte. Entenderé violencia mortal, específicamente, como la violencia encaminada a ocasionar la muerte de los adversarios. Esta demarcación del concepto violencia al perder sutileza ganará claridad.
Modelo Cero: no es legítimo ningún acto de violencia contra las personas ni los objetos. Este modelo no es aplicable prácticamente a ninguna organización política humana, con excepción de ciertas agrupaciones religiosas.
Modelo Alfa: es legítima la violencia contra las infraestructuras, los sistemas económicos, los recursos y los bienes del enemigo. En ningún caso, es legítima la violencia contra las personas exceptuando actos claros de legítima defensa. En este grupo entrarían algunas organizaciones ecologistas que dañan estructuras o impiden paso de transportes de animales o tóxicos pero nunca llegan a la justificación de la agresión física a personas.
Modelo Beta: es legítima la violencia contra los elementos armados del enemigo como policía, ejércitos, milicias, etc. La violencia se centra en aquellos enemigos armados pero no en los jefes civiles de estos enemigos. Este modelo puede legitimar la violencia mortal solo dentro del contexto de combate frontal y evidente (ambos contendientes están armados en un escenario de conflicto obvio) o justificarlo en cualquier contexto. Llamaremos al primer modelo Beta Uno y al segundo Beta Dos.
El modelo de legitimación Beta Uno es en la actualidad prácticamente inexistente y si alguna vez existió sería el modelo en el que entraría la “guerra caballeresca” en donde no era legítimo ejercer la violencia sobre enemigos desprevenidos fuera del campo de batalla.
El modelo de justificación Beta Dos es el más extendido, en él sería legítimo atacar a los enemigos armados en cualquier momento, incluso cuando no están armados. Ejemplo de este modelo serían los actos de guerra que ejercen violencia sobre los militares ya estén dentro o fuera del campo de batalla. También ciertos grupos armados tienen como únicos objetivos a militares o policías. De todos modos muy pocos estados o grupos armados se limitan a este modelo y suelen deslizarse con facilidad al modelo Gamma.
Cuando un grupo lucha contra una dictadura militar puede permanecer con cierta facilidad en este modelo ya que los líderes políticos son de hecho y de derecho líderes armados, en otras palabras, militares.
Modelo Gamma: este modelo de legitimación de la violencia admite el uso de la violencia contra el cuerpo político de los enemigos. Por cuerpo político entenderemos a los representantes, sean admitidos o no como legítimos, del enemigo o a los representantes políticos que consideramos que nos han sido impuestos sin nuestro consentimiento. En los conflictos militares actuales suele considerarse legítimo no solo la lucha armada contra los elementos armados sino también, y a veces incluso prioritariamente, contra los líderes políticos que dirigen a esos elementos armados.
Lo que se entienda por líderes políticos está sujeto a un amplio grado de interpretación: pueden ser solo los miembros del gobierno, pero también extenderse hacia todos los pertenecientes a un determinado partido político o todos los militantes de un grupo de partidos más o menos amplio. Podríamos distinguir, por tanto, entre un modelo Gamma restrictivo, que admite la violencia contra un pequeño grupo de líderes políticos importantes; y un modelo Gamma ampliado, que admite la violencia contra todos los elementos políticos del sistema. Un modelo Gamma puro sería aquellas ideologías que solo admiten como legítimo los magnicidios.
Este modelo cuanto más amplíe los objetivos políticos de sus actos armados, más fácilmente se deslizará hacia el modelo Delta. En todo caso, los grupos armados que adoptan el modelo Gamma no consideran que simpatizantes no afiliados ni colaboradores puntuales o forzados de los grupos políticos objetos de sus actos violentos sean, a su vez, objetivos. En caso contrario entrarían dentro del modelo Delta.
Modelo Delta: este modelo admite como legítima la violencia ejercida contra los periodistas simpatizantes con el grupo ideológico enemigo y, por extensión, a los simpatizantes y colaboradores activos no afiliados de los enemigos, ya sean forzados o no. El Estado español y ETA en su conflicto armado estaría, lamentablemente, en este modelo de legitimación de la violencia, ya que en un caso y en otro los elementos armados, políticos y periodísticos son objetivos de la violencia. Sin embargo, sería justo recordar que no siempre ha sido así, y que se ha asumido este modelo desde que el Estado español adoptó la vía de la ilegalización de los partidos de la izquierda abertzale y los periódicos de esta línea editorial, y desde que la banda armada ETA, por su parte, ha asumido como objetivos armados a los concejales del PP y del PSOE y a los periodistas afines al nacionalismo español.
EEUU adopta con frecuencia este modelo en sus guerras disimétricas, aunque lo cierto es que su práctica de legitimación de la violencia oscila entre este modelo y el Gamma restrictivo.
Modelo Épsilon: este modelo es el más amplio de todos ya que puede incluir como objetivo de la violencia armada a toda la humanidad. Según este modelo, la violencia es legítima contra todos los elementos humanos y materiales que se encuentren bajo el campo de actuación de la estructura enemiga. Es decir, todas las personas que vivan bajo la influencia del enemigo son objetivos armados en potencia. Por ejemplo, si lucho contra un estado, todos los ciudadanos de ese estado serán considerados potenciales objetivos para las acciones armadas. Si un grupo animalista, como el que aparece en la película Doce Monos, considerase que las compañías y las estructuras que dominan a la humanidad deben ser eliminadas y adoptase este modelo de legitimación de la violencia, todo el género humano podría ser objetivo legítimo de los actos de violencia.
La guerra total de los nazis entra dentro de este modelo así como el lanzamiento de bombas en la II GM que tenían como objetivo la población civil. La actuación de EEUU en conflictos armados como el de Irak no caen en este modelo en contra de lo que se pueda pensar ya que, al menos teóricamente, los objetivos de su violencia no son los civiles en sí mismos. Sin embargo, grupos armados que coloquen bombas en mercados o centros de transportes sí caerían dentro de este modelo ya que tienen como objetivo a un conjunto ideológicamente heterogéneo de civiles.
Cada uno de los modelos esbozados, generalmente contienen a los anteriores. Es decir que, por norma general, si alguien asume como legítima la violencia contra políticos (modelo Gamma), también asumirá como legítima la violencia contra elementos armados (modelo Beta), o contra las infraestructuras enemigas (modelo Alfa). Si no contienen a los anteriores serían modelos puros, por ejemplo, el modelo Delta puro consideraría legítima la violencia solo contra los simpatizantes o los periodistas afines al enemigo pero no contra militares o líderes políticos enemigos, como se ve en la práctica es un modelo poco factible.
Segundo parámetro: ¿Qué importancia tiene la posibilidad de ocasionar víctimas neutrales?
Como segundo parámetro para definir el modelo de legitimación de la violencia que adopte un grupo me parece relevante el interés que pone dicho grupo en evitar daños a sujetos considerados neutrales. Lógicamente el modelo Épsilon no debe cuidar mucho este aspecto, ya que con frecuencia todas sus víctimas serán conceptualizadas como no neutrales.
Modelo A: este modelo propone el respeto estricto hacia los elementos neutrales. Teóricamente ningún acto armado deberá llevarse a cabo si existe una mínima posibilidad de generar daño a elementos neutrales.
Modelo B: este modelo propone un respeto moderado hacia los elementos neutrales. Es deseable no dañar a los elementos neutrales del conflicto pero si por necesidades operativas es imprescindible dañarlos no quedará más remedio que actuar en este sentido. Este modelo B es el usual en casi todos los grupos armados, aunque debe admitirse que el concepto “respeto moderado hacia los elementos neutrales” se presta a una interpretación demasiada laxa.
Modelo C: este modelo propone que los elementos neutrales deben asumir que se encuentran en un entorno de conflicto, por lo tanto, si una acción armada daña a elementos neutrales debe entenderse como un hecho irrelevante, asumible e inevitable dentro del conflicto.
Si ahora intentase analizar cuando un acto violento es un acto terrorista me daría cuenta que estos modelos no pueden responder a esa pregunta. Grupos terroristas y estados considerados legítimos usan modelos de legitimación de la violencia más o menos similares, incluso los estados en guerra suelen deslizarse con mucha frecuencia al modelo más agresivo de todos, el modelo Épsilon. Sin embargo, sí creo de utilidad comprender cuales son los modelos de legitimación de la violencia que a priori son más aceptables: aquellos que oscilen entre los modelos Alfa y Gamma restrictivo bajo un submodelo A o B. Estos modelos suelen acotar la violencia a los elementos ideológicamente responsables de los conflictos o que poseen elementos de autodefensa es decir, armas. En otras palabras y como conclusión podemos decir que aún cuando la violencia sea una actividad terrible y que debe ser evitada, cuando sea necesaria debería utilizarse manteniendo al margen a las capas de población más amplias posibles.
sé feliz
La guerra sucia del aborto.
hola
te leo desde hace tiempo, pero es la primera vez que entro a comentar.
me gustaria saber tu opinion en lo que se refiere a violencia y aborto.
Y otra cuestion en la que agradeceria tu ayuda,
como conocedor de la mitologia griega, busco la referencia sobre un castigo que impusieron los dioses ……… consistente en No solo dejar de ser si no dejar de haber sido.
gracias y un saludo
hola
mi opinión es favorable a que la madre decida sobre su propio embarazo y su evolución. admito que hay factores complejos a considerar como en qué momento un feto es un ser humano pero en general me muestro favorable a que una madre pueda decidir sobre este tema.
lo de la cuestión que me planteas no la he entendido del todo y no sé a qué castigo te refieres.
salud
Los filósofos siempre han intentado quedarse fuera. Como mucho han aceptado ser jueces de línea.
saludos
Un hombre y una mujer coinciden viajando en el vagón de un tren. Conversan, establecen relación más o menos amistosa. El tiempo que comparten es lo suficientemente largo como para que ambos tengan presente en su memoria al otro. El hombre se apea del tren en una estación anterior a la de la mujer. Ésta se percata que el hombre olvidó un bolso. Bien sea porque hubo intercambio de tarjetas, bien porque en el bolso constan las crecenciales del hombre, la mujer puede comunicarle al hombre que tiene su bolso y que no dudará enviarselo o guardarlo para que lo recoja.
Cambiemos bolso por hijo (embarazo, óvulo fecundado, embrión, feto, etc). Si la mujer se subroga el derecho de decidir por sí misma porque posee materialmente la posibilidad de abortar, sin contar con el hombre participante, bien porque no se lo comunica, bien porque aunque se lo comunica no atiende su opinión ¿no está cometiendo -ya no un atentado contra la cortesía, la educación, la condición humana, las reglas de juego establecidas antes del embarazo- sino un secuestro absolutamente injustificable del derecho natural del hombra a que decida y/o participe de su vida y de sus actos?
¿Algo que no se hace con un bolso se hace con la posible paternidad del hombre? ¿Se cree la mujer por ser depositaria física del embarazo con el derecho de ser dios y decidir sin tener en cuenta más que sus deseos? ¿Si el hombre hubiera llevado por equivocación el bolso de la mujer, es decir, tuviera la posibilidad de quedarse embarazado y actuase simétricamente, se aceptaría?
Creo que la capacidad sobre decidir debe ser de la mujer prioritariamente aunque supongo que el hombre puede ser escuchado en esa toma de decisiones. El embarazo es un proceso fisiológico femenino y por lo tanto creo que compete a ella decidir sobre él.
Si alguien me contagia un virus ¿tiene derecho a decidir como tratar ese proceso fisiológico de mi organismo? Creo que no.
salud
Se le preguntó a la Ministra de Igualdad, Bibiana Aído, si un feto de trece semanas era un ser vivo y ella, pura elocuencia, respondió: “Un ser vivo, claro, lo que no podemos hablar es de ser humano porque eso no tiene ninguna base científica”.
Si un feto no es una vida humana, ante qué clase de vida nos hallamos.
¿podría ser el virus al que te refieres?
a Anonimo
Me gustaria poder comentar la aniquilación del sentido de la paternidad.
si a FulgencioR le parece bien.
saludos
Puse el ejemplo de un virus a sabiendas que iba a ser controvertido. Mantengo el ejemplo aunque es evidente que un feto no es un virus, lo que si mostraba mi ejemplo es que por mucho que una actuación mia desencadene un proceso fisiológico en una persona, eso no significa que yo tenga potestad sobre ese proceso o esa persona.
Evidentemente puedes comentar lo que te de la gana en esta web.
Siento haber tardado tanto en contestar, estamos a final de curso aquí y el trabajo que sale por las orejas
salud
me gusta el post
pero, ETA socializó el sufrimiento (modelo GAmma) bastante antes de que el Gobierno español aprobara la Ley de Partidos
Bueno, seguro que alguien del entorno de la izquierda nacionalista vasca tendría otra interpretación. Es un hecho que ETA hizo una cruel y execrable campaña de atentados contra concejales del PPSOE después de la sentencia que condenaba a la mesa de la extinta HB. Aunque no es cuestión de si fue antes el huevo o la gallina, el asesinato o persecución de representantes políticos es un acto, a mi juicio, condenable, lo haga quien lo haga.
salud
buenos dias,
quiero saber de que fuente usted saco toda esta información, me parece muy importante y necesito una fuente confiable para poder citar en un trabajo
Hola, las teorías que expones son de quién, son de tu autoría? están en algún libro o articulo?